Son béticos, de extrema derecha y no les importa exhibir banderas preconstitucionales en la grada cada vez que el Barcelona, el Athletic y la Real Sociedad visitan el Ruiz de Lopera. Sus habituales bengalas le costaron dos partidos de clausura al club, que cumplió la temporada pasada. Se vuelven especialmente violentos cuando juegan contra el Sevilla porque la rivalidad entre los dos grupos ultras es bastante acusada y los incidentes se repiten cada año.