Cinco veces subió ayer Alberto Contador al podio instalado en la "más bella avenida del mundo", como repitió una decena de veces el locutor oficial del Tour. Los franceses no tienen ciclistas --hace 22 años que no ganan el Tour--, pero, eso sí, siguen teniendo la mejor carrera y la mejor avenida del mundo. Entre esas cinco ascensiones al podio --mejor joven, ganador absoluto, trío vencedor, miembro del mejor equipo y foto final con todos los maillots premiados--, Contador se escapó unos segundos para acercarse a la tribuna presidencial y lanzar un ramo de flores a su novia, Macarena, y a su familia, una veintena de parientes que ocupaban la parte alta de la gradería.

Incredulidad

Nadie lo creía, ni él ni su familia. Bueno, sí, el único convencido era su tío Adelardo. "Hace 10 años ya dije que iba a ganar el Tour", asegura mientras espera la llegada del campeón. "Nos reíamos todos, pero él ya lo decía", confirma su hija Raquel. Pero ni Macarena, la novia de Contador; ni su madre, Francisca; ni su hermano mayor, Fran, esperaban la explosión este año. Su padre, Francisco, se ha quedado en Pinto para cuidar a su hijo Raúl, aquejado de parálisis cerebral.

"Aspiraba al maillot blanco", de mejor joven, afirma Macarena. "Su sueño era ganar el Tour, pero no este año. El venía a ganar el maillot blanco", ratifica su madre.

Contador es un chaval tranquilo, tímido, que casi no supo qué decir cuando le pasaron el micrófono en el podio. Macarena, que sale con él desde hace siete años, dice que "es muy maduro para la edad que tiene" y Fran añade que "transmite tranquilidad", pero que "aún no se ha dado cuenta de la magnitud de lo que ha hecho". A su madre, cuando hablaban cada día al final de las etapas, siempre le decía: "Mamá, que no se te suban los pájaros a la cabeza".

La familia coincide en que lo peor fue la contrarreloj del sábado, en la que Contador salvó el liderato por 23 segundos, una etapa "de infarto", describe Fran. "No la pude ver entera. Vi un poco y me fui porque Evans le estaba quitando tiempo", explica Macarena.

Hombre milagro

Contador empieza a repetir el milagro del norteamericano Lance Armstrong, ganador de siete Tours tras superar un cáncer de testículos que se le diagnosticó en 1996. Contador, víctima de un derrame cerebral en el 2004, estuvo un año sin correr, pero ha vuelto nada menos que para ganar el Tour. "El era el primero que creía que iba a salir bien y que iba a volver a montar en bici", recuerda su novia.

La última etapa del Tour pasó por Chatenay-Malabry, donde está el laboratorio antidopaje de la carrera, una prueba manchada por las sospechas, de las que no se libra el vencedor. "El tema del dopaje es lo peor para Alberto", reconoce su madre. "Lo desanima mucho. Yo le digo que se va a seguir hablando de eso, pero él tiene que tener la conciencia tranquila".