Usain Bolt ya tiene la corona que le faltaba, si es que le falta alguna al prodigioso velocista jamaicano que, antes de cumplir 27 años (los celebrará el próximo día 21), prosigue su imparable carrera hacia la gloria. La final de los 100 metros de los Mundiales de Moscú se planteaba ayer con un objetivo prioritario para El Relámpago de Trelawny , ese gigante de 1,96 metros que, cuando consigue ponerse totalmente de pie, resulta inalcanzable para cualquier humano. Hace dos años, en la final de los anteriores Mundiales en Daegu (Corea del Sur), una salida falsa dejó el título del hectómetro en manos de su compatriota y discípulo aventajada, Yohan Blake.

No se podía repetir el error. Quizá por eso Bolt había aparecido tan serio y circunspecto en las carreras eliminatorias. Ayer ya se relajó un poco. Lo suficiente para bromear con que necesitaba un paraguas, ya que instantes antes de darse la salida comenzó a diluviar sobre el Estadio Luzhniki de la capital rusa. Pero ni la lluvia ni el viento en contra (0,3 metros por segundo) se pudo interponer esta vez en el discurrir lógico de la historia. Bolt, que salió el último, como casi siempre, encontró la progresión necesaria para mantener a raya el acoso del estadounidense Justin Gatlin y entrar, esta vez sí, vencedor en la meta con 9.77 segundos, la mejor marca legal del año. Gatlin, campeón olímpico (2004) y mundial (2005) antes de purgar una suspensión de cuatro años por dopaje, le pisó los talones (9.85), pero no tanto como para poner en peligro el liderazgo del jamaicano sobre los tres compatriotas que ocuparon las siguientes posiciones: Nesta Carter se hizo con el bronce (9.95) por delante de Kemar Bailey-Cole (9.98) y Nickel Ashmeade (9.98).

TRAMPA DE LA SALIDA Cinco hombres por debajo de los 10 segundos en una final que no prometía tanto. Las ausencias eran notables. Blake no pudo defender su corona prestada porque está lesionado, mientras que Tyson Gay (mejor del año con 9.75) y Asafa Powell (9.88) están purgando sus culpas con el dopaje.

En esa tesitura, Bolt solo bromeó con el paraguas. No dejó lugar a las dudas, y más teniendo al lado a Gatlin, que el pasado 6 de junio, en la Golden Gala de Roma, le derrotó por una centésima. Fue su único verdugo en este 2013, como Blake lo fue en el 2012 en los campeonatos de Jamaica. Ambos lo pagaron caro ya en los Juegos de Londres, donde Bolt repitió su éxito de Pekín 2008 dejando atrás precisamente a Blake y Gatlin.

Bolt sorteó la trampa de la salida (sobre todo por el terrible recuerdo de Daegu) y, una vez en acción, alcanzó a Gatlin sobre la mitad de carrera y ya no dejó escapar a su presa con su majestuosa zancada.

"Estoy orgulloso, pero lo quería hacer mejor. Mis piernas estaban un poco duras después de las semifinales, no sé muy bien porqué. El récord del mundo no estaba hoy en cuestión, así que me he centrado en buscar la victoria, que es lo que esperan siempre de mí en Jamaica", aseguró Bolt, que ayer unió a su condición de séxtuple campeón olímpico la de séxtuple campeón mundial.

REVALIDA DE LOS JUEGOS Bolt fue la estrella que más brilló en una segunda jornada que confirmó jerarquías. A excepción de los 20 kilómetros marcha, ganados por el joven ruso Alexandr Ivanov, el resto de las finales fueron dominadas por los campeones olímpicos vigentes: Tirunesh Dibaba en 10.000 metros (la etíope ya suma cinco títulos, con los dos de 5.000), la estadounidense Brittney Reese en longitud (lleva seis oros seguidos en las grandes competiciones), la croata Sandra Perkovic en disco (también es vigente campeona de Europa) y el estadounidense Ashton Eaton en decatlón (también es plusmarquista mundial).