Buenas noticias, Usain Bolt no está solo. Asafa Powell le puso anoche al límite y el triple plusmarquista mundial tuvo que correr hasta el final para superarle en los últimos diez metros. El resultado de su intenso pulso por ser el mejor en la última carrera de 100 metros del año fue otra vez una marca (9.77 segundos) que vale tanto o más que el récord del mundo en Pekín (9.69), porque se hizo sobre la pista mojada, con frío y con un viento en contra de 1,3 metros por segundo.

Powell tuvo anoche en Bruselas la oportunidad de acabar la temporada a lo grande, batiendo al triple plusmarquista mundial. Sin duda lo intentó, saliendo mejor (tardó 145 centésimas en dejar los tacos, por 223 de Bolt) y corriendo sin complejos por delante del campeón olímpico casi hasta la meta. Bolt metió la sexta velocidad a 10 metros de la llegada y ganó con la sexta mejor marca de la historia.

Liberado del miedo a volar sobre el Nido y de vuelta a la gira europea, Powell se presentó en la capital belga en plena ascensión, tras haber corrido en 9.84 bajo una lluvia torrencial, en Gateshead la semana pasada, y en 9.72 el pasado martes, en Lausana, emulando al mejor Bolt al relajarse en los metros finales. Y a tan solo tres míseras centésimas del récord mundial. Anoche no pudo rematar porque Usain no se quedó dormido en los tacos, como le sucedió en Estocolmo este año, en la única ocasión en la que Powell le ha derrotado. Pero le hizo correr hasta el final.

Las exhibiciones de Powell y, sobre todo, de Bolt, reflejan una superioridad abrumadora. Con Tyson Gay en la enfermería, los jamaicanos han acabado la temporada sin rivales y dotados de un sentido de la velocidad y perfeccionada técnica.