Borja quiere olvidar el minuto 69 del partido del Cacereño contra el Díter Zafra del 1 de marzo. Era la jornada vigesimosexta de Tercera División de la pasada temporada y el lateral izquierdo madrileño se rompió el ligamento anterior de su rodilla izquierda. Desde entonces han pasado más de ocho meses y él, salvo el partido de trámite de la final de la Copa Federación contra el Jerez, aún no ha vuelto a jugar con el Cacereño, al menos con el primer equipo, pues desde hace cinco jornadas lo hace con el B en Regional Preferente.

Juega en el filial para ponerse en forma y coger ritmo de competición, según señala una jornada tras otra el entrenador verde, Angel Marcos. Pero Borja asegura que ya está bien para jugar. "Me veo bien; es cierto que al principio me costó un poco, pero desde el primer o segundo partido con el filial tengo un buen ritmo y solo espero que el míster me llame para jugar con el primer equipo", afirma, a la vez que reconoce que está "impaciente" por volver.

¿Volverá este domingo (12.00 horas, Cerro del Espino) contra el Atlético de Madrid B? "Pues no lo sé. Aún no me han dicho nada, pero a mí me encantaría", reconoce Borja, que reitera que tiene "muchas ganas" de ayudar a sus compañeros y demostrar lo que puede hacer.

Cuando vuelva, tendrá que competir por un puesto en el once inicial con Palero y Antonio, que son los que se están haciendo cargo del flanco izquierdo de la defensa. "Entreno con ellos, con muchas ganas y la competencia no me preocupa, todo lo contrario, ya que ayuda a ser mejor", dice. ¿Y la rodilla? "Ahí está, bien, no siento nada".

Su regreso será celebrada por la afición, que jornada tras jornada le pregunta en la grada "¿Cuándo?". El, en la grada, se encoge de hombros y señala al banquillo, diciendo sin palabras "yo ya estoy, pero no depende de mí". Su vuelta puede ser uno de los refuerzos de invierno.