La final de ensueño está servida. Maracaná, el templo del jogo bonito , será mañana el escenario para la batalla futbolística más deseada por los amantes del buen fútbol. La elegancia de Iniesta se medirá al desparpajo de Neymar en un partido marcado por el respeto mutuo de dos históricos del fútbol mundial. La agónica semifinal ante la sorprendente Italia de Prandelli, demostró que La Roja llega a la final con la intención de hacer historia intacta y llevarse el único título que se le resiste. Pero Brasil ha descubierto el camino para tumbar a España. "Ha llegado ya la hora de que pierda", anunció ayer Carlos Alberto Parreira, el coordinador técnico brasileño.

Consciente de la presión, Vicente Del Bosque ya ha llamado a los suyos a jugar la final "con la ambición de un niño" que cumple su sueño. El sueño de jugar en Maracaná ante Brasil, el mejor prólogo posible al Mundial 2014. El partido soñado por todos. Ya falta menos.