Las brasileñas del Extremadura Arroyo, Isabela Quiuqui y Luana Silva, viajaron ayer de regreso a su país natal, concretamente al Aeropuerto Internacional de Sao Paulo-Guarulhos, con escala en Fráncfort (Alemania), tras cerca de dos meses confinadas en su domicilio de Arroyo de la Luz, después de que la RFEVB diese por concluida la temporada de Superliga Femenina 2 el 18 de marzo. Una vez finalizado el contrato que vinculaba a las jugadoras y a la entidad, ésta se hizo cargo del pago del alquiler de vivienda, manutención, productos básicos e internet.

Concluida la fase de aislamiento a mediados de abril, la directiva hizo gestiones para programar un viaje que debía constar de tres partes, viaje desde Arroyo a Cáceres (taxi), desplazamiento al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas (autobús) y vuelo a Sao Paulo, con escala en Fráncfort.

Para la documentación en regla, los directivos del club debieron establecer contacto con la Unidad de Extranjería de la Fiscalía General del Estado, la Subdelegación del Gobierno de Cáceres y el Comité Covid-19.

El presidente, Adolfo Gómez, ha agradecido «de forma rotunda y clara», el «impecable» comportamiento de la jugadoras, «en días muy complicados, sobre todo para quienes afrontaron este período en Arroyo, localidad en la que el virus se cebó especialmente».

Tanto Quiuqui como Silva se mostraron «muy agradecidas» por el trato «ya que nos hicieron la vida mucho más fácil y sencilla en una época tan difícil». También ensalzaron a sus compañeras y técnicos, con videollamada final sorpresa que les emocionó.