La natación extremeña, sus mayores éxitos y Serafín Calvo están estrechamente ligados. Paloma Marrero, Juanmi Navia, Juanlu Vega, Estela González, Miguel Durán, César Castro o Fátima Gallardo han sido algunos de sus pupilos, la mayoría en el Centro de Tecnificación de la Ciudad Deportiva de Cáceres, donde pasó cuatro intensos y también exitosos años, luchando incluso contra los elementos y sin contar con una piscina de 50 metros, la adecuada. Desde el año pasado es técnico de la Federación Española de Natación en el CAR (Centro de Alto Rendimiento) Residencia Blume de Madrid, donde sigue importiendo doctrina a las promesas extremeñas de la natación.

Este año repiten con Calvo (ya estuvieron con él la campaña anterior) la pacense Fátima Gallardo y el placentino César Castro junto a un grupo de promesas/realidades de la natación nacional. El almendralejense Miguel Durán, que la última temporada entrenó a sus órdenes, se ha mudado ahora al CAR de Sant Cugat en Barcelona.

Gallardo es la veterana del grupo de Serafín Calvo, que en total tiene a una docena de nadadores. ‘Veterana’ de 20 años, el palmarés de la pacense es envidiable. Fátima no compite desde los Juegos Olímpicos de Río, donde formó parte de los relevos 4x100 y 4x200. Una intervención quirúrgica para superar una lesión de espalda la ha mantenido muchos meses fuera de la piscina.

También pasó por el quirófano César Castro (1999). Una lesión de hombre le impidió estar en Río cuando se había ganado el derecho en el agua (1.500 libre). También ha estado casi un año sin competir, aunque ha regresado y en el Mundial Junior de Indianápolis ya dejó patente que su recuperación es total. Estuvo en el 4x200 (España acabó quinta) y en su posta consiguió su mejor marca personal (1.48:46). Ahora, para Gallardo y Castro se abre un nuevo horizonte, otra vez a las órdenes de Serafín, que brazada a brazada pretende llevarlos a Tokio 2020.