Esto no va a acabar así. Mientras Bernie Ecclestone, el patrón y dueño del Mundial, acude atónito a la guerra que ha sembrado de escándalos el paddock de la F-1, las escuderías e, incluso, las importantes fábricas que les apoyan o están asociadas a ellas, no paran de ofrecer material de primera a la Federación Internacional del Automóvil (FIA), al parecer ansiosa por mantener abiertos todos sus despachos y activos a decenas de abogados y expertos. Así que, a pocos días de la Navidad, y cuando parecía que se habían acabado los pleitos, el millonario play boy italiano, Flavio Briatore, jefe del equipo Renault de F-1, amenazó ayer a la escudería McLaren-Mercedes con llevarla a los tribunales, ahora que ha salido indemne del pleito que el equipo británico presentó ante el Consejo Mundial de la FIA.

"Se han dicho muchas cosas muy negativas para nuestro equipo, para nuestra fábrica, para nuestros ingenieros desde McLaren", señaló Briatore al diario británico Daily Express, "así que, si salimos absueltos de este pleito, meditaré muy profundamente presentar una querella contra McLaren por todas las informaciones dañinas que han partido de sus despachos. Han difamado, muy injustamente, nuestra reputación y eso ha de tener un precio".

FELICIDAD COMPLETA Todo parece indicar que las buenas artes de Briatore, con excelentes contactos tanto en la FIA como en la organización del Mundial (siempre se le ha considerado el heredero ideal para ocupar el trono de Ecclestone cuando el milmillonario británico se retire), han acabado provocando una nueva derrota, tan humillante como las anteriores, de Dennis, que terminará la temporada más derrotado que nunca y, quien sabe, si enviando de nuevo a sus abogados para defenderse de la demanda que Renault F-1 estudia presentar la próxima semana.

Briatore se sentía ayer feliz, muy feliz, aunque no quiso hacer más declaraciones. Es posible que la felicidad del máximo responsable de Renault sea dentro de unos días plena si logra cerrar el acuerdo con su amigo, discípulo y socio Fernando Alonso. Briatore parece dispuesto a cumplir la parte del trato que alcanzó hace tres meses con el poderoso presidente de Renault, el brasileño Carlos Ghosn, al que le prometió que buscaría bajo las piedras financiación para poder pagar el contrato del asturiano.

Si consigue que Alonso vuelva, Ghosn deberá de cumplir su parte del acuerdo: dotar a la escudería francesa del presupuesto y medios necesarios para poder competir al mismo nivel con Ferrari, McLaren y BMW, los tres reyes de la F-1. Desde su llegada a Renault, Ghosn defiende que su fábrica solo puede estar en las carreras "para ganar o intentar ganar en cada Gran Premio".

Renault, que no es la única alternativa de Alonso, ni mucho menos, está construyendo un coche totalmente nuevo en el que lo único que permanece es su excelente motor. La aerodinámica y, sobre todo, la distribución de los pesos (antes cargaba siempre atrás y ahora necesitan cargarlo delante para que los neumáticos Bridgestone sean más eficaces) ha extremado la imaginación de los técnicos.