El mercado de la Liga LEB-2 intenta desperezarse, a la espera de que se aclare definitivamente su configuración para la próxima temporada. Será la máxima categoría en la que esté representado el baloncesto masculino extremeño. El descendido Plasencia será más que probablemente el único representante regional, ya que las iniciativas de Cáceres y Badajoz por obtener una plaza en la tercera división nacional no están llegando a buen puerto.

En Plasencia la intención es construir un equipo sólido que lleve pronto de regreso a la LEB. Para eso el primer movimiento ha sido, aparte de la renovación del técnico, Iván Déniz, la contratación del escolta malagueño Francis Perujo. El siguiente puede ser Raheim Brown, cuya lesión a mediados de la pasada temporada resultaría decisiva para que el equipo no despegase de la zona baja.

En la categoría de bronce no ha habido mucho más. Uno de los más activos está siendo el Ourense, en el que Dani García continuará en el banquillo. Ha renovado a Rafa Rufián y ha fichado a Enric Garrido. Ambos son bases vinculados con el Cáceres CB hace unos años. Además, también seguirá Andreu Matalí.

Mientras tanto, el Vic ha fichado a un director de juego de prestigio, Jordi Vallmajó, y también ha incorporado a Jordi Balaguer. Mientras tanto, el Manresa ha cedido al prometedor alero Sergi Pino al Sabadell, mientras que el Rosalía se ha asegurado a un pívot que habitualmente ha militado en competiciones superiores, Rogelio Legasa. Otro de los favoritos para estar arriba, el Huesca, ha anunciado un acuerdo con el alero Juanma Martínez e intenta la renovación de su referencia en el juego interior, Miguel Angel Montañana.