Eel año empieza bien, en líneas generales. El adelanto del viernes, con la victoria con tintes terapéuticos del Cáceres ante el Joventut, hacía presagiar que algo bueno esperaba. Y es que en la mayoría de los casos --todos no pueden ser-- nuestros equipos han saldado con éxito sus respectivos encuentros. Lo mejor, aparte de lo del Cáceres, estuvo en la reconquista del liderato del Cacereño. A ello le ayudó, además de su triunfo en Motril, el sorprendente y meritorio del Jerez ante el Cádiz. El primer puesto, consecuencia lógica de la actitud de los jugadores y del entrenador --ojo a Ismael Díaz, puede ser un técnico de altos vuelos en no mucho tiempo-- es el premio justo a un trabajo de mérito.

Mucho mérito sigue teniendo lo del Díter de Angel Marcos. En los últimos seis partidos, cinco victorias y un empate, lo cual no está nada mal para un modesto con ambición.

En el derbi no podían ganar los dos. Lo hizo el que más lo buscó, el Mérida, que se pone de nuevo a tiro de la liguilla, en tanto que el Extremadura desaprovecha su opción para consolidarse arriba.

Las peores noticias llegaron con la derrota del Badajoz en Las Palmas, que le meten en descenso, y desde Navalmoral. El Moralo no levanta cabeza en el nuevo año y volvió a perder, pero la situación no es angustiosa. Y lo de nuestras selecciones de base en varios deportes es también meritorio. Bienvenidas las buenas nuevas.