UD. Almería B: Lopito, Rubén (Richi, 85´), Trujillo, Alberto, Cristóbal, Abel, Jonathan, Pallarés (José Ramón, min. 66), Cabeza (Antoñito, min. 52), Lillo, Alcalá.

Cacereño: René; Palero, Diego, Mario Carrizosa, Tomás, Lolo (Curro, 83´), Jaraiz, Amaro, Alex (Alfonso, 77´), Israel, Santi Villa (Mena, min. 65).

Goles: 1-0-Min. 53): Antonio. 1-1-Min. 62: Santi Amaro. 2-1-Min. 75: José Ramón.

Arbitro: López López (manchego). Amarilla a Rubén, Trujillo, Lillo; Mario Carrizosa (2 amarillas, roja en el 73), Mena, Palero. Roja directa a Dieguito (min. 8).

W Incidencias: Encuentro de la segunda jornada liguera en el grupo IV de Segunda División B disputado en el estadio de los Juegos del Mediterráneo ante la presencia de unos 300 espectadores.

Salió derrotado el Cacereño (2-1) de su visita al Juegos del Mediterráneo, en un encuentro marcado por la tempranera expulsión de Dieguito. Apenas se habían disputado ocho minutos de juego cuando el colegiado manchego López López dejó en inferioridad a los de Pedro Pablo Braojos, lastrándoles a lo largo de todo el partido. Aún así, los extremeños supieron sobreponerse a las adversidades, incluso cuando el Almería B se adelantaba por mediación de Antonio.

Santi Amaro lograba la igualada a los pocos minutos dejando la contienda muy abierta. Sin embargo, cuando mejor estaba el Cacereño, una nueva expulsión, esta vez de Mario Carrizosa, acabó por desmoronar a los del Príncipe Felipe, cediendo los tres puntos con un gol de José Ramón en el último cuarto de hora.

El encuentro comenzó en el minuto 8, cuando Pallarés se iba directo hacia la portería de René y el visitante Dieguito lo paró en seco, con la consiguiente tarjeta roja directa.

Así, el conjunto dirigido por Francisco tenía por delante 81 minutos para hacerse con la victoria, con un jugador más. El filial rojiblanco comenzó bien, con un 4-2-3-1, con bastante movilidad e intercambio de posiciones entre los tres mediapuntas.

Por detrás de ellos, Iriarte y Alberto movían el esférico a su antojo. Ambos podían con los tres centrocampistas cacereños. Hay que destacar que nueve del once que sacó el técnico almeriense habían entrenado a lo largo de la pretemporada con el primer equipo, con lo que ello supone: jugadores de calidad, por lo consiguiente, los tres puntos era lo único válido, pero con el inconveniente de no asimilar al cien por cien los conceptos pedidos por el entrenador Francisco.

En el minuto 22, Jonathan (su liderazgo en el filial es más que palpable) se internó por la derecha, se deshizo de su marcador, le metió el pase de la muerte a Cristóbal, pero este, en vez de hacerlo fácil, se marcó un taconazo que para poco sirvió. El juego del Almería, con once, estaba claro. El del Cacereño, también: defender y esperar alguna contra finalizada por Alex o Israel. Quince minutos más tarde, Cristóbal volvió a aparecer, le hizo una pared a Abel, pero éste no definió.

El filial conquistaba el campo rival, pero las oportunidades eran escasas. Los rojiblancos tenían las herramientas necesarias pero no la utilizaban correctamente. Un disparo de Jonathan cerró el primer acto.

El descanso tranquilizó al Almería B, que veía cómo corrían los minutos y René no recogía ningún balón de su portería. Un centro desde la derecha de Jonathan no fue materializado por Pallarés que quiso acomodarse la pelota. Minutos después, el ex del Roquetas volvió a fallar clamorosamente tras un genial pase de García Márquez. En la jugada siguiente, el futbolista que inició el encuentro desde el banquillo deshizo el 0-0 con una preciosa vaselina, como las que protagonizaba antaño su técnico. Poco iba a durar el 1-0, puesto que en el 65, Santi Amaro, envidioso del golazo, hizo otro magistral en una falta directa. Gol de bandera que despertó aplausos en el coliseo almeriense.

Pero poco duró la alegría verde. Una mano de Carrizosa (que supuso la doble amarilla) dentro del área provocó un penalti que transformó José Ramón en el 75. Ahí acabó el encuentro. Una victoria sufrida que tardó en consumarse más de la cuenta. La duda es qué hubiera pasado en un once contra once.