En todos los ámbitos de la vida, ya sea motriz, afectivo o cognitivo, el concepto de estabilidad es importantísimo. En el baloncesto no tiene por qué ser diferente. La estabilidad se asocia normalmente a equilibrio, tranquilidad o balance. Cuando ésta falla se suele producir un desajuste en el comportamiento que conduce al fracaso o al no-éxito en la tarea a desempeñar.

En esas está nuestro Cáceres, buscando la estabilidad que le permita alcanzar las metas propuestas. Cuando parecía que mejor estábamos, con una línea de juego muy regular y en trayectoria ascendente (gran partido ante CAI), caemos en un nuevo bajón de juego, resultado y confianza.

El por qué de esta falta de estabilidad se puede achacar a diferentes motivos. En referencia a lo motriz, las molestias de Cherry (que se había convertido en el alma de este equipo) han hecho que se pierda el punto de referencia sobre el que se estaba sustentando el equipo. La inestabilidad en lo cognitivo se refiere a la adaptación de dos nuevos jugadores, Berzins y Taggart, a los sistemas del equipo. Ambos van a resultar fundamentales de aquí al final de temporada. El segundo tiene que dar un paso al frente y justificar las expectativas puestas en él. El tercer punto que debemos tener en cuenta al analizar la situación actual del equipo es la salida de Diego Guaita. Sin entrar a valorar este movimiento por parte del club, puesto que desconozco los motivos y no es mi competencia, ejecutar un movimiento de este tipo en una plantilla crea un ambiente de rareza y de vacío que no deja indiferente a sus miembros. Este tipo de cambio suele venir acompañado de un nuevo reparto de roles, asunción de nuevas rutinas y una inevitable distracción de lo más importante, el trabajo a realizar.

La fecha final para cambiar jugadores en la LEB Oro se acerca, y con ella la confección final de la plantilla que debe llevarnos a los play-offs en un curso lleno de inestabilidad desde el principio. Ojalá esta fecha proporcione a los jugadores la tranquilidad necesaria para afrontar la recta final de una temporada en la que todos tenemos puestas muchas esperanzas.