Con experiencia y un curriculum, cuando menos, notable en clubs de Segunda B. Ese es el perfil que se ha trazado para la contratación del nuevo entrenador del Cacereño, el recambio de José Luis Montes.

La inesperada marcha del técnico segoviano ha causado una honda huella en el club, especialmente en la afición, que había visto al salvador del equipo como un hombre de garantías para afrontar el nuevo reto. Casi unánimemente reconocido por la grada, la misión de buscar un técnico es un dardo envenenado para la entidad, sobre todo para el consejero delegado, Antonio Martínez Doblas, y el director deportivo, Pedro Buenaventura.

El Cacereño busca un entrenador con oficio y orden defensivo. El éxito de la elección de Buenaventura con Montes plantea un nuevo reto para el director deportivo.

Aunque no están virtualmente descartadas apuestas por jóvenes y sin apenas experiencia (Doblas citó lo ocurrido con Guardiola) y en ellas se podría incluir a Jaime Molina (Villanovense), Agustín Izquierdo (Jerez) --por el que apuesta el Extremadura-- e incluso el que ha sido segundo de Montes, Julio Cobos, las opciones más futuribles están en los entrenadores con trayectoria dilatada.

Si hay alguien que responde a esas características con pasado verde ese es Carlos Orúe, el último de los técnicos, antes de Montes, que ha generado casi unanimidad del público en positivo. El jerezano hizo un recorrido similar al segoviano, salvando al equipo en la campaña 1999-2000, aunque fuera en la última jornada con gol de Paniagua al Plasencia (1-0). Entonces cogió el testigo del cesado Angel Marcos en un año difícil después de que el actual director general del club liderara en la anterior a los verdes a la fase de ascenso a Segunda.

Orúe, que tiene ahora 59 años, se integró bien en la ciudad, donde aún conserva amistades. Su último equipo ha sido el Ceuta en una trayectoria prolongada en el que se incluye a clubs como el Xerez, en dos etapas, el Rayo Vallecano o el Ceuta (tres ocasiones).