El futuro del Barça está asegurado y no tiene por qué seguir un camino distinto por el que discurre ahora. A la columna vertebral del equipo, construida sobre jugadores de la cantera, le queda una larga vida por delante. La junta de Joan Laporta cuidó de preservar la continuidad de las piezas clave de un modelo único, que se concretó en la ampliación y mejora de casi todos los contratos.

La nueva junta parece compartir esa política, y ayer el presidente Sandro Rosell firmó la renovación de Sergio Busquets hasta el 2015, más otra temporada opcional. Su cláusula de rescisión sube de 80 a 150 millones. Curiosamente, el único nombre que queda en el aire es el más crucial: Pep Guardiola, cuyo contrato acaba el 30 de junio.

Entre tres y cuatro temporadas por delante es el tiempo que garantizan los contratos de la base de este Barça. No hay otro club en el mundo que pueda presumir de una situación tan privilegiada, con un fútbol admirable y una representación tan amplia de jugadores de la cantera. Ocho de ellos son fijos en el once de gala, el once de las goleadas: Valdés, Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Messi y Pedro. Siete campeones del mundo y uno, Messi, el mejor de todos, que es quien tiene el compromiso más largo (2016).

LOS LATERALES, UN CASO Los dos extranjeros de ese equipo titular, Alves y Abidal, son los únicos casos pendientes. Los dos acaban contrato en el 2012 y los dos están en proceso de negociación. En el caso de Alves, las posiciones siguen alejadas por las diferencias económicas. Con una oferta del City, el brasileño reclama equipararse con el segundo escalón de la plantilla (8 millones al año).