Cuando Jenson Button enlazó seis victorias en las siete primeras carreras de la temporada se metió en el bolsillo un título que las matemáticas le otorgaron ayer en Brasil, a falta de un gran premio, y con el mismo resultado gris (quinto) con la que fue administrando su ventaja durante la segunda parte del año. Fallaron Sebastian Vettel y Rubens Barrichello y eso permitió al inglés levantar sus brazos por fin, aunque fuera de un podio --Webber, Kubica y Hamilton-- con menos atención que nunca. Lejos del palco, abrazó a su padre John, el inglés recogió el premio que se ganó meses atrás, en un inicio fulminante de Mundial, en el que su equipo, sus ingenieros, sus diseñadores y su jefe, Ross Brawn, se ganó la admiración del mundo entero por su habilidad, no solo al quedarse con todo el equipo Honda, sino por aplicar, mejor que nadie, o como nadie, el secreto doble difusor, que ha marcado época.

"Voy a sufrir mucho", había reconocido Button al llegar al circuito de Interlagos, el circuito que ha sido testigo de los finales más trepidantes en los últimos años. Pero la incesante lluvia que marcó la larguísima (casi cuatro horas) sesión de clasificación del sábado dejó fuera de combate al primero de sus rivales, Sebastian Vettel. No pudo pasar de la Q-1 y ahí ahogó sus posibilidades de ganar la carrera, su única opción.

CORRER SERENAMENTE Button solo debía vigilar a Barrichello. Si el brasileño, autor de la pole, ganaba, a él le bastaba con un tercer puesto, un asunto difícil arrancando desde la 14 plaza. Pero los acontecimientos fueron aclarándole el camino al título. Ganó de un golpe tres posiciones en la primera vuelta cuando Jarno Trulli, Adrian Sutil y Fernando Alonso abandonaron por un choque múltiple. El alemán se fue hacia el exterior de la curva cuatro para evitar ser adelantado por Trulli, que impactó contra el Force India antes de irse por la hierba. Sutil también se salió fuera de la pista y en su atolondrado regreso al asfalto se llevó por delante a Alonso. "Son cosas que pasan, ni él me vio, ni yo lo pude evitar", se resignó el bicampeón español, que ya está pensando más en el año que viene que en este.

Trulli se tomó muy mal la maniobra de Sutil al que recriminó airadamente sobre los restos de sus coches. No fue la última maniobra polémica en un gran premio con los nervios a flor de piel. Kamui Kobayashi, el debutante en Toyota, casi ensombrece su gran actuación (décimo) al tocarse con su compatriota Kazuki Nakajima, tras cambiar dos veces de dirección, una maniobra similar a la que Mark Webber empleó contra Kimi Raikkonen en la segunda vuelta.

El KERS facilitó la aceleración del Ferrari en la salida para situarse tercero tras Webber y Barrichello, en el momento en el que el coche de seguridad tuvo que entrar en pista por el accidente de Trulli, Sutil y Alonso.

VUELVE LA ACCION Reanudada la carrera, Button fue adelantando rivales, aprovechando la superioridad de su Brawn GP. Instalado en la séptima plaza, esperó acontecimientos. Y llegaron. De no ser por el efusivo abrazo con el que Barrichello selló su felicitación a Button al final de la carrera, podía esperarse alguna jugada del equipo Brawn para decantar el título. Barrichello había mandado en la primera parte de la carrera con autoridad sobre Webber y Kubica. Rodaba regularmente en 1.14, pero tras su primera parada, nunca logró bajar del 1.15. "¿Qué pasa? ¿Por qué ruedo tan lento?", le preguntó a su ingeniero en el segundo relevo. "Todo está bien. Son los tiempos esperados", le contestó lacónicamente el ingeniero, para calmarlo.

Pero Barrichello perdía entre medio y un segundo con Webber y Kubica, que sí volvieron a rodar en 1.14 tras el primer cambio de ruedas. Australiano y polaco regresaron por delante tras su primera parada y, lo peor para Barrichello, Hamilton progresó como un misil.

McLaren arriesgó al instalar un set-up de seco en su coche el sábado a pesar de la lluvia. La pifió en la crono, pero el M4/24 fue realmente rápido en carrera sobre una pista seca. Además, el inglés aprovechó el coche de seguridad en para hacer una parada sin consecuencias en el tiempo y eso le permitió cargar más gasolina. Barrichello, al intentar defenderse del adelantamiento del inglés, pinchó una rueda, necesitó detenerse, de nuevo, en su box y acabó de entregarle el título a Jenson Button, que se lo había ganado a pulso a inicios del campeonato.