Cálculos y más cálculos. El entrenador del Cacereño, Ismael Díaz, ha dicho que pueden servir entre 63 y 65 puntos. El del Extremadura, Francisco, cree que con 66 puede bastar. Ninguno cree un axioma esta previsión, de todas formas.

La liguilla de ascenso está a tiro para los dos equipos extremeños. Para ello afrontan los diez últimos partidos con la calculadora en la mano, aunque insistan en que hay que concentrarse en el encuentro más inmediato.

Cualquiera de los dos firmaría ahora un cuarto puesto, que daría derecho a jugar por el ascenso a la Segunda División. Los antecedentes confirman que ser primero, cuarto e incluso quinto --el Tarrasa jugó la liguilla el año pasado de rebote y subió-- otorgan las mismas opciones a todos los equipos.

Un rápido estudio a lo ocurrido en los últimos diez últimos años (ver cuadro infográfico) invita a pensar que en esta recta final puede ocurrir aún cualquier cosa, aunque la puntuación de este año está siendo muy alta (el quinto, Ciudad de Murcia, tiene 47 puntos; el primero, Cacereño 53) y, en principio, para alcanzar puestos de liguilla habría que asegurar los partidos de casa y conseguir algún punto fuera. El antecedente más inmediato es el del extremeño Mérida, que se coló finalmente en la fase de ascenso con 64 puntos el año pasado.