FEMENINO CACERES: Hook (14), Vela (4), Kvaternik (6), Rodríguez (2), Delibasic (17) --cinco inicial-- Lavilla (9), Salgado (2), Gangoso (-) y Domínguez (4).

SANTOS ADBA: Paula Fernández (18), Rukstelyte (12), Mejido (-), Fernández (2), Kluibenschabl (23) --cinco inicial-- Tiffany (12), González (-), Riera (4) y Escorcio (-).

MARCADOR POR CUARTOS: 16-16, 32-27 (descanso), 48-46 y 61-71 (final).

ARBITROS: Fraile y Gómez. No eliminaron a ninguna jugadora por faltas personales.

INCIDENCIAS: Tercera jornada de Liga Femenina 2.

Monumental pájara fue la que sufrió el Femenino Cáceres ayer en su encuentro ante el Santos Adba y que le llevó a entregar una victoria que tenía prácticamente asegurada (61-71). Las cacereñas llegaron a ir mandando por encima de diez puntos, pero el tremendo parcial de 0-17 que encajaron las de Jorge Méndez en el tramo decisivo terminó por aniquilar la suficiencia local.

El Femenino Cáceres se vio ganador antes de tiempo, pero el cuadro visitante se ordenó en defensa y empezó a asfixiar. El miedo a perder atenazó a un equipo que ya no fue capaz de encontrar en la zona a su mayor exponente ayer, Selma Delibasic. Los triples de la euforia dieron paso a repetidos fallos en tiros comodísimos y una pasividad temporal que desesperó al técnico naranja y que incluso provocó una airada bronca desde el banquillo a la propia Delibasic.

Sin embargo, en los tres cuartos previos el partido tuvo otra cara. El Femenino Cáceres no dio sensación en ningún momento de acusar la abultadísima derrota del pasado fin de semana frente al Rivas Futura y mantuvo una posición de lucha y concentración aceptable.

Las locales defendían la primacía en el electrónico y, aunque sin establecer diferencias rompedoras , daban mejores sensaciones que el equipo que tenía delante. Las ventajas naranjas se movían entre los siete y diez puntos, pero daba la sensación que de haber apretado un poco más los dientes el partido podía haberse roto definitivamente. La reacción del Santos Adba comenzó a gestarse en el cierre del tercer cuarto, cuando se colocaron con 48-46. En el último acto ofrecieron unos porcentajes de acierto sensacionales y, sobre todo, más concentración.