El Cacereño ya lo reconoce: negocia con un grupo de personas interesado en entrar en la gestión de la entidad ya mismo con la meta de intentar el regreso lo antes posible a Segunda B.

Los todavía propietarios del club no dan por ahora muchos más detalles ni revelan la identidad de los pretendientes , pero sí reconocen que son estas conversaciones las que impidieron ayer anunciar el nuevo entrenador, tal y como estaba previsto. Los hipotéticos nuevos socios quieren participar en la decisión, considerada clave para el perfil y los objetivos del equipo la próxima campaña en el grupo XIV de Tercera División.

"Estamos intentando tomar la mejor opción para el club y para eso llevamos trabajando este mes a tope", comentaron ayer fuentes de la propiedad, lamentando al tiempo no haber cobrado aún las ayudas institucionales de la temporada pasada y no tener nada seguro para la próxima. "Estamos intentando buscar esponsors que nos permitan hacer un proyecto importante", indicaron, reconociendo que "con la cabeza fría el proyecto, pasaría por gente de la casa y adaptándonos a los ingresos que el club tiene".

PROYECTO AMBICIOSO Para evitar esas estrecheces, se asume que "debemos agotar todas las posibilidades que haya para hacer el mejor equipo". Ahí entraría el grupo "interesado en hacer un proyecto más ambicioso". "Intentaremos que llegue a buen fin. Nuestra voluntad es tener el entrenador cuanto antes y se producirá lo antes posible", se añade.

El club, que pidió "paciencia" porque "un proyecto moderado es rápido, pero si agotamos otras vías costará un poquito más", solamente deslizó un nombre para el banquillo, el de José María Rebollo. Casi se confirma que sería él su elección como entrenador en el caso de no producirse cambios en la propiedad. "Lleva trabajando y viendo futbolistas de Cáceres y cercanías que son interesantes, e incluso el club ha mantenido algunos contactos, pero puede haber una posibilidad de potenciar el proyecto y estoy pendiente de eso", reconocen en el CPC.

Quien no seguirá con toda seguridad es Angel Marcos y, por lo que parece, no se le tiene función alguna reservada en el Cacereño, ni siquiera en los despachos. Ha sido la mano derecha de Antonio Martínez Doblas en distintos papeles desde que se hizo con la entidad en la primavera del 2008.