Día histórico en el Cacereño. El decano del fútbol extremeño cambia formalmente de presidente. El oficial hasta hoy, el segedano Antonio Martínez Buzo, cederá el testigo al empresario local Carlos Ordóñez en la junta general ordinaria de accionistas, convocada a las 12.00 en el estadio Príncipe Felipe.

Habrá pocas incógnitas y se prevén también escasas sorpresas en la cita de la sala de juntas del estadio verde. Si hay algo de morbo éste radicará en los nombres que acompañen a Ordóñéz en el consejo de administración del CPC, que tendrá una cifra mínima de tres miembros y máxima de siete, según la documentación que se va a poner sobre la mesa y que en su gestación ha sido modificada en los últimos meses.

Ordóñez, que ha creado una nueva sociedad, Riba Sport Gestrión SL que asume las obligaciones de IQ Finanzas dentro de un complicado entramado burocrático, será el encargado de comandar la nave del Cacereño en una nueva etapa. La anterior (en lo oficial) llevó al Cacereño de la mano de la familia de Martínez Doblas-Buzo, que había llegado a un acuerdo con el empresario chileno-mexicano Álvaro López, finalmente fuera del proyecto. «Somos gente seria», repiten Ordóñez y su entorno. De momento, la compra de acciones se concretó en una notaría cacereña. Solo la historia juzgará si el cambio es efectivo para el club.