Semana de reflexión en el Cacereño. Con el primer objetivo de la temporada (ser campeón) ya imposible, ayer empezó a preparar la defensa del nuevo reto, el subcampeonato, por el que también pugna el Moralo, con solo dos puntos menos. Ser segundo garantiza jugar en campo propio la vuelta de la primera eliminatoria y puede que incluso de la segunda. No es un premio menor.

Tres rivales le quedan al conjunto verde, tres equipos sin objetivo alguno por el que pelear ya. Pero el Cacereño tiene en sí mismo a su principal enemigo. A sus «fantasmas», como dijo Adolfo Muñoz tras la derrota del sábado en Calamonte. Fue un «palo muy grande», reconoció el técnico, que advirtió de la necesidad de reponerse cuanto antes. «En las últimas semanas no estamos siendo nosotros, hay algo que cambiar, pero no sabemos qué», reconoció Álex García, autor del único tanto de los verdes en Calamonte.

Este domingo visita el Príncipe Felipe (12.00 horas), un Extremadura B que matemáticamente podría aún alcanzar la cuarta plaza, aunque la tiene a siete puntos de ventaja cuando solo quedan nueve en juego. No resta eso un ápice de peligro al filial azulgrana, uno de los equipos que más alegre está jugando en las últimas jornadas. Después los verdes visitarán al Valdelacalzada, descendido ya desde hace varias semanas y que solo ha ganado tres partidos. Y el CPC cerrará el curso en casa ante un Diocesano que para ese día ya no se jugará nada. Puede que tampoco el Cacereño.

Levantar la cabeza, como dice Alberto Delgado, es clave en este momento de la temporada. Los verdes tienen tres semanas para recuperar su mejor versión y encarar con garantías la fase de ascenso. La buena noticia es que tanto Collantes como Marcos Torres están cada vez más cerca de volver a jugar.