Con Ismael Díaz, que amplió su contrato tres años más, terminó el turno de renovaciones, salvo sorpresa. El técnico asturiano del Cacereño, convertido también en director deportivo, y el presidente, Félix Campo, lo tienen claro: no habrá renovaciones hasta tanto no se termine la temporada, y en ningún caso, según el primero, irán en función de la categoría en la que milite el club.

Díaz ha reconocido públicamente en varias ocasiones que él mismo quiere un proyecto de futuro, basado en la confianza en los jugadores, con los que pretende hacer grupo. El gran rendimiento del global de la plantilla durante esta temporada, que es la clave en el liderato actual, está afianzando la idea de que el técnico piense a medio plazo, independientemente que se logre o no el ascenso. Ismael Díaz pone siempre el mismo ejemplo para ilustrar que muchos de sus futbolistas pueden jugar a buen nivel en categorías superiores: el Málaga que él dirigió en Segunda División B hace cinco años, muchos de cuyos jugadores militarían después en Segunda e incluso en la Primera División.

MUCHOS TITULARES

"Lo bueno de este equipo es que la mayoría de los futbolistas se sienten titulares", ha insistido el entrenador verde a este diario. Los continuos cambios en defensa, por expulsiones y lesiones, hacen que al menos haya ocho futbolistas que han rendido a un nivel similar.

El Cacereño no piensa hacer movimiento alguno, pese a que en cada partido varios jugadores verdes sean seguidos desde la grada por espías de clubs importantes o por agentes.

Mientras tanto, el equipo prepara el partido ante el Cartagonova del próximo domingo con la máxima intensidad. En contra de lo sucedido en semanas anteriores, la enfermería está muy reducida.