¿Y ahora, qué? Tiempo de profunda reflexión en el Cacereño. El frustrante descenso a Tercera División, tras una eliminatoria en Linares donde de nada sirvió ser mejores, abre una etapa marcada por numerosas incógnitas que giran en torno al club verde. El día después, el futuro aparece en el horizonte como incierto. Muchas preguntas, pero pocas respuestas. La depresión pesa.

"Son momentos duros, pero el Cacereño es muy grande". Así se expresaba ayer, en declaraciones a este diario, el máximo accionista, Antonio Martínez Doblas. Aún es pronto para la toma de decisiones sobre el rumbo que tomará el club, pero ya en los próximos días puede haber movimientos.

A día de hoy, no se descarta nada, e incluso que se produzca el cambio de manos en el accionariado sigue siendo una posibilidad muy abierta. "A mí no se me ha dirigido nadie, pero si hay que seguir se sigue. No queda otra", dijo en Canal Extremadura Radio Martínez Doblas, quien sí garantizó que se iba a hacer "un buen proyecto para estar arriba" y devolver al club a la categoría de bronce en el plazo de un año.

Sobre la gestión del club, no es novedad alguna que los movimientos que ha habido en años anteriores han ido en este sentido. Incluso en diferentes círculos se sigue apuntando un nombre: el empresario cacereño Domingo Barroso. De hecho, el propio Barroso y Martínez Doblas negociaron hace varios veranos, pero el acuerdo entre las partes, que estuvo prácticamente pactado, no se consumó.

"Volveremos". Esa es la palabra más pronunciada tras bajar de categoría. Las muestras de afecto hacia la entidad han llegado desde dentro, desde su propia afición, pero también desde fuera. Gran parte de los clubs extremeños han enviado el correspondiente 'pésame' al decano del fútbol regional. No hay consuelo, pero sí espíritu.

¿Habrá venta? Nadie podría ahora vaticinar con tino. En el caso de seguir Martínez Doblas ¿qué grado de ambición de proyecto habrá? ¿Quién será el entrenador? Todo está abierto.

Con el Cacereño en Tercera, el problema económico seguiría, pese a que los costes de plantilla y viajes se reducirían extraordinariamente. Sin embargo, la rémora en este sentido viene de las instalaciones del estadio Príncipe Felipe. Mantener el recinto tiene cifras, a las que siempre se apela por parte del club verde: 200.000 euros.

En Cáceres no se descarta una posibilidad: que el equipo, ahora en Tercera, termine jugando en los campos federativos Manuel Sánchez Delgado, en Pinilla. Así se ha planteado en alguna ocasión y así se puede volver a plantear.

Las subvenciones bajarán ostensiblemente. La de la Junta de Extremadura (90.000 euros) desaparecerá, en tanto que la del ayuntamiento será menor a los 75.000 euros actuales.