Desde que llegó a finales de enero al Cacereño se había convertido en la sensación del equipo y se había ganado el cariño de la grada, pero el domingo, en el partido ante el Aceuchal, Dani Muñoz se quedó en la grada. El motivo, una pubalgia, una dolencia que arrastra desde hace tiempo y con la que ha estado jugando hasta ahora. Pero ha llegado el momento de parar. Así al menos lo cree el técnico Adolfo Muñoz, que decidió darle descanso. «Los lunes, después de los partidos, el chaval apenas puede andar», contó el preparador. Para el partido ante el Racing Valverdeño (domingo, 18.00 horas) no es segura su participación, ya que el deseo del entrenador es cuidarlo para que llegue en plena forma al momento decisivo de la competición, la fase de ascenso.

Tampoco estarán en Valverde de Leganés Marcos Torres y Collantes. Ambos, lesionados, pueden perderse todos los partidos de este mes. Adolfo sí recuperará a Gustavo Berraco, sancionado en la última jornada, como el técnico, que ya podrá volver a sentarse en el banquillo.

Quien también podría estar, en principio, es Rodri. Ante el Aceuchal se retiró tocado, aunque Adolfo Muñoz explicó al final del encuentro que no parecía nada grave y que la sustitución fue más por precaución. «Estamos teniendo mala suerte con las lesiones en este tramo de la competición», se lamentó.