El Cacereño prepara la lista de la compra. Después de que Adolfo Muñoz reconociera el domingo que la plantilla se estaba quedando corta, «muy corta», dos jugadores han abandonado el club de forma voluntaria, Cristian Carracedo y Xabi Esparza. Cierto es que ninguno de los dos estaba contando mucho en los planes del técnico, pero su salida refuerza las tesis del preparador, que cree que el equipo necesita reforzarse para ser más competitivo.

La salida de ambos futbolistas libera fichas en el Cacereño, aunque para jugadores de categoría sub-23. Hasta cuatro jugadores de menos de 23 años podría fichar el CPC, pero ahora mismo ninguno que supere esa edad. Para poder hacer esto necesitaría liberar alguna ficha. Y eso conllevaría la salida de algún futbolista más.

Dieciocho jugadores tiene a sus órdenes Adolfo Muñoz, más algún que otro futbolista del equipo juvenil que entrena habitualmente con los mayores. Entre esos 18 están Juanfran, Pablo Molina y Nando González, que son los jugadores que están disfrutando de menos minutos. El primero porque es el habitual portero suplente (solo ha jugado el partido contra el Azuaga, su anterior equipo) y el último por una lesión que le obligó a pasar por el quirófano a mediados de octubre y de la que encara ya la recta final de su recuperación. El joven Pablo Molina (también es sub-23) porque tiene que disputarse el puesto, lateral izquierdo, con un veterano como Santi Polo que está rindiendo a un gran nivel.

Restan tres partidos de la primera vuelta y de momento el balance es positivo para el Cacereño. Es líder desde la jornada 3, aunque en las dos últimas semanas ha visto como su ventaja al frente de la clasificación se reducía a un solo punto. Cree el técnico verde que su equipo necesita más mordiente en ataque, un killer, un goleador nato que sí tienen sus perseguidores en la clasificación.

Es por eso por lo que quizás en una de las primeras anotaciones en la lista de la compra verde aparece un delantero, una pieza siempre difícil de encontrar y más con la temporada a medias. Pero comienza diciembre y los mercados futbolísticos se abren. El Cacereño busca y lo hace con la calma que da el trabajo bien hecho hasta ahora. Pero el curso es largo y a partir de enero comienza la hora de la verdad. Lo conseguido hasta el momento es mucho, pero dentro de un par de meses cualquier error penalizará el doble.