Cacereño: Vargas; Palero, Tito, Cazorla, Antonio; Estévez (min. 72, Javi Ramos), Lolo, Mohamed, Dieguito, Sergio (min. 58, Valtierra); Rubén Jurado (min. 76, Rai).

Alcorcón: Eladio, Bermúdez, Moreno (min. 54, Béjar), Vara, Bravo, Mora (min. 66, Rubén Sanz), Iñigo López (min, 74, Rubén), Carmelo, Jeremy, Nagore, Gómez.

Goles: 1-0-Min. 16: Estévez. 1-1-Min. 58: Iñigo López.

Arbitro: Del Olmo Codes (Andaluz). Excesivamente permisivo en los contactos, especialmente con los visitantes. Tarjetas a los visitantes Vara y Gómez.

Incidencias: Alrededor de 2.500 espectadores en el Príncipe Felipe. Terreno de juego en irregular estado. Palco a rebosar y presencia de dos decenas de aficionados visitantes en Preferencia.

El Cacereño amagó con dar un disgusto al equipo de moda en España. El Alcorcón, que mañana mismo visita el Santiago Bernabéu con la ilusión de eliminar al Real Madrid, capturó un empate del Príncipe Felipe (1-1) en un duelo equilibrado. Pudo ganar, pero también perder ante un entusiasta y cada vez más armado grupo de Angel Marcos.

El optimismo se generó con un extraordinario gol de Estévez (minuto 16) que firmaría mañana el mismísimo Kaká al enviar casi a la escuadra una falta lateral y lejana. Todo salía bien para entonces. Cuatro minutos antes, el meta Vargas, que volvió a acreditar ser el mejor fichaje de la temporada, había evitado el 0-1 al despejar el tiro de Nagore.

El Cacereño acumulaba antes del partido cuatro encuentros sin perder y había enfilado el objetivo de vencer al afamado rival. Con constancia y orden, los extremeños controlaron bien a los madrileños en tres cuartas partes del campo. La pelea de Sergio y Rubén Jurado, los dos hombres más adelantados ayer, incomodaban a la fornida zaga visitante mientras el Cacereño, muy cercano al más puro estilo Marcos que tantos resultados positivos ha dado al club en su historia, tenía en el orden táctico su mejor aliado.

El encuentro transcurría plácido, sin apenas ocasiones. En el Alcorcón faltaban, además del meta Juanma (al extremeño era al único al que realmente reservó Anquela) la verdadera estrella, Borja, entre algodones. El centrocampismo más absoluto fue la tónica en este primer acto, solamente soliviantado cuando Vargas volvió a responder bien a un cabezazo de Vara.

En el segundo tiempo, el Alcorcón presionó con denuedo hasta encontrar su justa recompensa. Vargas, rodeado de manos, resbaló con la suya y dejó el balón a Iñigo López, que hizo el 1-1 definitivo.

Los últimos 30 minutos fueron lo mejor de un espectáculo que, sin ser sublime, sí fue muy decente para lo que caracteriza a la Segunda B. Especialmente interesante fue el tramo final, con un empuje local basado en el trabajo, que no en la excelencia.

Todo empezó a funcionar más fluido desde la salida de Rai en el último cuarto de hora. En un ejercicio de desgaste muy notable, incluso rayano en el suicidio, el Cacereño creyó entonces que podía ganar y se lanzó al objetivo sin contemplaciones en el mismo grado que sus limitaciones.