Cacereño: Imola, Yoni, Herrero (min. 63, Zalio), Maxi, Cisco, Rezzonico, Minguillón, Luis, Toni (min. 81, Gabeta), Massoni y Sergio.

Valdivia: Juan Lucas, Torres, Casillas, Mario, Tyson, Richi, Barrantes (min. 83, José Mari), Ruco (min. 58, Ruco), Carlos, Cano (min. 69, Víctor Rico) y Ayuso.

Goles: 1-0: min. 52, Herrero (pen). 1-1: min. 55, Ruco. 2-1: min. 67, Zalio. 2-2: min. 73, Richi.

Arbitro: Núñez Cuello (1). Enseñó cartulinas amarillas a los jugadores locales Herrero, Cisco, Massoni y Sergio y en los visitantes a Ruco y Carlos.

Incidencias: Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Agustín Ramos Guija. Unos 300 espectadores acudieron al estadio Príncipe Felipe. Tarde soleada.

El Cacereño continúa siendo una nave a la deriva. Y no es solamente porque ayer no fuera capaz de pasar del empate ante el Valdivia, un equipo de currantes que llegó con la lección bien aprendida, sino porque los verdes solo han sumado cuatro de los últimos 27 puntos en juego, su máximo goleador, Toni, lleva sin ver puerta desde el 2 de diciembre, pero principalmente porque el equipo ha pasado de ser el equipo más en forma de la competición, a uno de los más desdichados. Esta extraña mutación invita a buscar agentes que hayan provocado este desenlace.

En esa búsqueda de embriones del desequilibrio ayer llamó la atención que el segundo entrenador del equipo Pedro Rossi, ni siquiera se sentara junto al primer técnico, Fran Nacarino. Que la relación entre ambos no es fluida no es un secreto, pero con este paso la sensación de debilidad del vestuario verde se incrementa poderosamente. Unos pueden ver en esta situación el núcleo de los problemas deportivos de este equipo, otros quizá no. Pero de lo que no hay duda es que el ambiente no es el idóneo para que se ganen partidos como el de ayer y levantar con ello el vuelo para buscar el ascenso.

El Cacereño se adelantó en dos ocasiones, pero el Valdivia reaccionó, la primera vez a los tres minutos, y la segunda, a los cinco. Los visitantes siguen sumando en su rumbo a la salvación.