Justamente un año después, el Cacereño no se ha movido ni un centímetro. Si en la primera eliminatoria de ascenso a Segunda B de la temporada 2017-18 encaró el partido de vuelta en casa con un 0-0 ante el Churra, esta vez le ocurre lo mismo ante el Formentera. Y, claro, espera resolverlo de la misma manera, aunque sea con un solitario gol que le dé la clasificación, como aquella vez.

El partido, en lo que ha sido una de las escasas noticias de la semana, se jugará finalmente a las 11.30 horas y no a las 12.00 como estaba programado. Se prevén --más bien, se temen-- más de 30 grados en el Príncipe Felipe en algunos momentos de la mañana, lo que puede condicionar el juego. Es seguro que el juego se detendrá varias veces para que los futbolistas se refresquen.

¿Es el 0-0 un buen resultado para el que juega la vuelta en casa? Es un debate viejísimo. Por un lado, está la ligera ventaja que supone disputar el partido decisivo apoyado por la propia hinchada, pero también el arma de doble filo de que un gol del rival hace un daño terrible.

En todo caso, el Cacereño ha intentado transmitir optimismo estos días. Y además recupera a Rodri, el capo de la sala de máquinas, una vez cumplida su sanción. «Tuvimos un buen resultado en la ida y vamos a ver si lo rematamos. Si nosotros estamos bien creo que ganaremos, pero tenemos que estar a un gran nivel y esa es la mejor manera», dijo el viernes el centrocampista, al tiempo que confesaba que se le había «hecho duro» perderse la cita en la isla balear. Su presencia en el once inicial parece segura. No tanto la de Carbonell en el centro de la defensa, pese a estar ya recuperado de su lesión.

Adolfo Muñoz, el técnico verde, reserva a Rodri un papel importante. «Es un jugador que quiere tener el balón y ver la mejor opción de pase», indicó. Sabe que su equipo tendrá la responsabilidad de llevar la iniciativa, de controlar la pelota, y al tiempo mantenerse atento ante los posibles contragolpes del Formentera, «un rival técnicamente bueno, con experiencia». No dejó de apelar a la concentración, «como en los mejores partidos», y a la veteranía de jugadores del rival como «Garmendia, Colau y Moha».

El Formentera no parece el Churra, pero se trata de que todo acabe exactamente igual.