Doce puntos en juego, cinco de diferencia a favor del Betis B. El Cacereño sólo tiene la posibilidad de aferrarse a la estadística para creerse que está vivo, ya que la situación es crítica. La Tercera División está muy cerca para los verdes tras las dos últimas derrotas, ante el Badajoz y el Mérida, pero en el equipo aún creen que puede obrarse lo que en casi todos los sectores dan ya como milagro .

El entrenador, Ismael Díaz, volvió a reiterar el domingo, tras caer en el Romano, que el equipo peleará hasta el final, hasta que haya posibilidades matemáticas de jugar la promoción, ya que ni siquiera por la vía de la estadística conseguir la permanencia directa es ya factible. El conjunto cacereño apurará sus opciones en el duelo del domingo ante el Jerez y esperará a un nuevo tropiezo del Betis en el particular cuento de la lechera que ni siquiera los aficionados piensan ya que se pueda dar.

La desvaída hinchada cacereña comprobó, una semana más, la debilidad del proyecto, después de que se atisbara la reacción del mes de marzo con los empates ante el écija y el Lanzarote y el triunfo ante el Universidad de Las Palmas. Pero la realidad ha superado a la ficción de tres semanas de esperanza.

Dos encuentros sin hacer un solo gol y una sustitución sintomática: la de Julio Cobos, minutos después de marrar un penalti ante el Mérida. Paradójicamente, el entrenador del Cacereño se ha lamentado que jugadores jóvenes tuvieran que asumir excesiva responsabilidad en este aciago ejercicio liguero.