Cacereño: Imola, Jony, Ruano, Maxi, Minguillón (min. 79, José Miguel), Rezzonico, Herrero (min. 75, Zalio), Luis, Toni (min. 88, Javi), Gambetta y Sergio.

Imperio: Pata, Sabino, Raúl Morales, Devesa, Carlos, Pedro José (min. 60, Avila), Samuel, Perico (min. 46, Negri), Pisqui, Javi Ramos y Lauri (min. 82, Víctor Paredes).

Gol: 0-1: min. 76, Avila.

Arbitro: Rangel Merchán (2). Enseñó cartulinas amarillas al local Minguillón y a los visitantes Carlos, Pedro José y Víctor Paredes.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada vigesimoséptima de Tercera División.

Una vez más el Cacereño falla cuando no puede hacerlo y ayer prácticamente terminó de despedirse del objetivo de pelear por los cuatro primeros puestos. El conjunto verde todavía tenía una oportunidad para aspirar a la promoción de ascenso, pero tras la derrota de ayer ante el Imperio de Mérida vuelve a echar por la borda victorias tan trabajadas como la del pasado fin de semana en el campo del Villanovense. Ayer, los emeritenses resolvieron por 0-1 y se olvidan ya definitivamente del sufrimiento que trae consigo estar en la parte oscura de la tabla.

Juan Marrero, que reconoce finalizar su ciclo en la entidad imperialista esta temporada, salió victorioso gracias al tanto de un ex del Cacereño, Avila. El banquillo verde podría ser la próxima temporada un destino posible del actual míster del Imperio.

Fran Nacarino, por su parte, dice no sentir que haya fracasado y condiciona su futuro en el club a las decisiones que se tomen sobre la continuidad de algunos encargados del área deportiva.

NO TAN DESIGUALADO Pese a la victoria, Marrero se excedió en la valoración post partido en la que afirmaba que el duelo bien pudo acabar "con un 2-6 o 2-7". Lo cierto es que sus jugadores dispusieron de varias oportunidades muy favorables, pero el Cacereño no se quedó atrás y también pudo haber perforado la red visitante si hubiera tenido algo más de acierto en algunos de sus ataques.

El partido no tuvo un dominador claro y las ocasiones alternaban en una y otra área. Los imperialistas montaban rápidas ofensivas tras recuperar balones en el centro del campo y era Imola un seguro de vida atrás. El portero del Cacereño resolvió a la perfección varios mano a mano, pero sufrió el efecto Abbondanzieri , al encajar el gol en la oportunidad más inocente. Un disparo de Avila desde lejos terminó dentro de la portería verde tras una acción de verdadero infortunio.

Desde el 76, cuando el marcador ya se había desnivelado, el Cacereño tenía que doblegar esfuerzos para buscar no sólo el empate --que de poco le servía de cara a la clasificación-- sino de voltear el partido. Fue el momento de acordarse de ocasiones marradas como la de Gambetta, que pudo cambiar el panorama.