CACEREÑO - 0: Vargas (Montiel, min. 18), Palero, Ismael Gonzalo, Toni, Aarón, Leo Ramírez, David Cuerva (min. 57, Amaro), Josete (min. 67, Gállego), Zubi y Collado.

GUIJUELO - 1: Kike, Raúl (min 68, Carlos), Aitor Aspas, Ramiro, Jonathan, Antonio (min. 27, Javi Rey), Pioljo, Pino, Ayub, Jonxa (min. 60, Carlos Ramos) y Palazuelos.

GOL: 0-1-Min. 3: Ayub.

ARBITRO: Pardeiro Puente (Cántabro). Amarillas a los locales Ismael, Aarón, Cuerva y al entrenador, Angel Marcos, y a los visitantes Jonathan, Antonio, Palazuelos, Alvaro Peral y Raúl Ruiz (estos dos últimos del banquillo) y al técnico, Rubén de la Barrera. También roja al segundo técnico verde, Aitor Bidaurrázaga (min. 82).

Al Cacereño le penaliza todo. Sin suerte, pero con fallos claves; con arrestos, pero sin gol, nuevo episodio deportivamente dramático. Una pifia del meta Pablo Vargas, al poco del inicio, atisbó el desaguisado, después confirmado con la hiriente derrota ante el Guijuelo (0-1).

Cinco partidos perdidos consecutivos. Diez sin ganar. La escenificación del desastre numérico da auténtica grima. Y más teniendo en cuenta que este equipo, hombre por hombre, ha quedado muy apañado, incluso mejorado, al que durante muchos partidos fue tremendamente fiable. Ismael Athuman es un central de enorme categoría, Josete un media punta de calidad, Zubi un regateador vertical de primer orden y Collado un delantero que para el balón y juega maravillosamente de espaldas. Y además ha regresado Antonio Amaro. Lo único negativo, la baja de Carlos Valverde.

A este Cacereño se le escapa de las manos la permanencia. Como se le escapó a Pablo Vargas el inocente tiro del visitante Ayub (min. 3). Anímicamente hundido, el meta pidió el cambio y se fue apenas un cuarto de hora después en una decisión cuanto menos cuestionable en estos momentos de crisis, en el que la implicación debe ser catecismo.

No tuvo fortuna desde ahí el CPC, que hizo méritos más que sobrados en el resto del encuentro para remontar. No pudo ser porque Josete remató a gol y un defensa puede que salvara el balón de dentro. No pudo ser porque David Cuerva se encontró con el meta Kike. Entre medias, un más que evidente penalti sobre Aarón. Y todo ello en los primeros 20 minutos, un maldito inicio que desgarró las posibilidades verdes, que evidenció que nada sale como se quiere.

DESDE ATRAS El Guijuelo, un equipo aseado pero ni mucho menos mejor que el Cacereño, contemporizó durante todo el partido, esperando una contra para sorprender. No mucho más. Nada más y nada menos, a tenor del resultado. Se dejó dominar a lo largo de los 90 minutos, como tantos otros que sacaron el máximo rédito del Príncipe Felipe.

No pasó excesivos apuros de ahí hasta el final el cuadro salmantino, ya que el Cacereño se ahogó en el pase final y porque le pesó toda su endeble situación clasificatoria. Porfió el grupo de Angel Marcos por cada balón. Palero y Toni se desdoblaron una y mil veces, pero los balones deambulaban por el área visitante sin que nadie rematara. Qué suplicio. Qué frustración. Qué desastre. Qué crisis.

En el segundo tiempo siguió la misma tónica del primero: dominio del Cacereño, defensa numantina del Guijuelo. La pelota iba y venía al área rival con insistencia, pero sin peligro hasta los últimos diez minutos, cuando los extremeños se volcaron como posesos. Se reclamaron un par de penalties por mano, estos menos claros que el realizado a Aarón, pero las circunstancias no ayudan ni los árbitros se atreven a pitar en el área visitante.

Paró espectacularmente Kike a cabezazo de Collado (min. 80) y un tiro de Amaro se fue por muy poco. Ni los córners, mejor o peor botados, ni nada parecido. Esto se va de las manos.