Juega el Cacereño en El Mazo, el peculiar estadio del Haro, el tercer capítulo de su pretendida novela de seis episodios con una estación de llegada llamada Segunda B. Lo hace reforzado por pasar la anterior ronda ante el Yeclano, aunque fuese con sufrimiento. A partir de las 18.00 horas empieza otra historia, aunque con coordenadas puede que similares a la anterior.

"Las sensaciones son positivas. Si jugamos con la misma moral e intensidad que ante el Yeclano, pasaremos". Es el pronóstico del entrenador verde, Angel Alcázar, desde el autobús del equipo, apenas a una hora de llegar a la localidad riojana. Su optimismo va aparejado de un tópico del que se tirarse muy a menudo en estos casos: "Afrontamos la primera parte de un partido muy largo de 180 minutos". O más, porque los suyos necesitaron una triunfal prórroga para estar donde están ahora.

RESPETO A Alcázar, señalado habitualmente por su supuesto conservadurismo, no le importaría firmar hoy lo mismo que el Cacereño logró hace 15 días en Yecla, un 0-0. "Qué duda cabe de que sería un buen resultado, aunque la cosa seguiría al 50% para los dos equipos para la vuelta. Pero todo lo que no sea encajar goles para el equipo visitante en el primer partido siempre va a ser bueno".

Las palabras hacia el rival son de máxima consideración: la que merece un equipo que marcó muchos goles (87) y encajó pocos (22) para ser subcampeón de grupo y después eliminar al Torrevieja. "El Haro es un equipo fuerte, difícil de superar, muy físico y que trabaja mucho las jugadas de estrategia", resume Alcázar.

La semana ha sido tranquila en el Cacereño, marcada por el suave trabajo físico que obliga un partido de tanto desgaste como el de vuelta ante el Yeclano. Lo mejor es que no quedan secuelas de aquello: todos los jugadores estaban disponibles para la citación y han viajado 18, de los que dos tendrán que quedarse fuera a última hora y ver el encuentro desde la grada.

No se prevén grandes revoluciones. La fórmula de cambiar de delanteros en el segundo tiempo dio resultado el pasado domingo y no es difícil imaginar que se repetirá.

El Cacereño no estará solo. Dos autobuses tenían previsto partir de madrugada y en Haro podrían juntarse hasta 200 seguidores para apoyar a su equipo. Todo sea para allanar el camino para la vuelta.