No hay acuerdo y la negociación está virtualmente rota. El Cáceres 2016 afrontará el primer conflicto judicial de su corta vida si no hay un giro radical en los próximos días. Las conversaciones con Fede Pozuelo para rescindir su contrato de entrenador, tras ser cesado hace poco más de una semana, no han ido por buen camino desde el primer momento. Sin acuerdo posible, ambas partes intuyen que acabarán en el Juzgado de lo Social para dirimir sus diferencias.

La cuestión clave es que el técnico no quiere perdonar un solo euro de lo que tiene firmado en el contrato. Dolido con las circunstancias que rodearon a su destitución --no se sintió apoyado desde el club en sus últimas semanas en el banquillo--, ha dado orden a sus agentes para que no cedan. Por si fuera poco, quiere quedar liberado para entrenar a cualquier otro equipo esta misma temporada.

El ofrecimiento del Cáceres 2016 es, según el propio club, lo habitual en este tipo de situaciones: que el entrenador cobre una buena parte de lo que le queda a plazos y que renuncie a lo demás para que el conflicto no se alargue.

Todo hace indicar que no va a ser así, aunque la normativa en baloncesto es distinta que en fútbol y el Cáceres 2016 no tiene problemas para que su entrenador provisional, Manuel Piti Hurtado, se siente en el banquillo.