Ganar dos de los tres partidos que restan de liga regular. Esa parece ser la receta para el Cáceres Patrimonio de la Humanidad en su lucha por entrar en los playoffs de la LEB Oro. No será fácil teniendo en cuenta de que dos de ellos son fuera de casa (el próximo sábado en Lugo ante el Breogán y en la última jornada en Burgos) y solo uno en casa, el 8 de abril frente al Palma Air Europa.

No son, desde luego, tres rivales fáciles, pero en eso precisamente basa el equipo de Ñete Bohigas sus esperanzas. Su temporada se ha caracterizado por jugar mejor --y obtener más victorias-- ante los equipos de arriba que ante los de abajo.

De hecho, si se contabilizan los encuentros ante los cuatro primeros, los verdinegros acumulan un balance de 4-3, mientras que si se hace lo mismo ante los cuatro últimos el resultado es de 4-4.

Lo sucedido en la primera vuelta puede ser una buena inspiración: el Cáceres venció tanto a Breogán como a Palma Air Europa y San Pablo Burgos. Fue probablemente la etapa de mejor juego por su parte en estos meses de competición.

Ahora el equipo se está reinventando a marchas forzadas, con un baloncesto más basado en la defensa y menos talento ofensivo. Eso sí, el denominador común de las bajas no se altera: la última, la de Ibrahima Thomas, hizo especial daño el domingo ante el Leyma Coruña (69-85), a la hora de contener el juego interior visitante. La preocupación por su rodilla, que sufrió una torcedura la semana pasada, resulta evidente, sobre todo cuando solo hay dos pívots natos más en la plantilla, Víctor Serrano y Rolandas Jakstas. El propio Bohigas ve complicada su participación el sábado en Lugo. No es probable que entrene hoy y puede que tampoco lo haga mañana.

El atasco en la zona media es considerable: desde el cuarto clasificado, el Huesca, al undécimo, el Palma, existen solamente dos victorias de diferencia. Existe un problema extra para el Cáceres: tiene varios basket averages perdidos frente a rivales directos como Barcelona B, Ourense, Oviedo y Coruña.