En el peor momento de los últimos años acude el Cáceres Patrimonio de la Humanidad a la pista del Prat (18.15 horas). La amenaza del descenso ha ido apareciendo paulatinamente alrededor del equipo extremeño de la LEB Oro, que ya acumula cinco derrotas consecutivas. Eso le ha hecho ir perdiendo posiciones hasta tal punto que ya ve de cerca a quienes ocupan las dos fatídicas últimas posiciones.

No parece que vaya a ser un bálsamo la visita al que, indudablemente, es la revelación de la liga. El Prat ha pasado de estar abajo las últimas temporadas, fruto de tener que darle minutos a los jóvenes del Joventut, a un tercer puesto con una plantilla mucho más veterana. Más de la mitad de sus jugadores ha disputado minutos en la Liga Endesa, con dos últimos fichajes de lujo como Saúl Blanco y Pep Ortega. Los catalanes, que pelean por la primera posición con Breogán (que mañana recibe al Huesca) y Manresa (Coruña), se vieron sorprendidos en el último partido por el Lleida, a domicilio.

Aunque el Cáceres ha intentado transmitir optimismo de cara al choque de hoy, las circunstancias no invitan a ello. Aparte de la entidad del rival, en los tres últimos encuentros ha encajado más de 90 puntos, todavía tiene que esperar unos días para recuperar a Niko Rakocevic y su incorporación de urgencia, Will Saunders, acumula un 4/20 en tiros de campo en sus dos primeros encuentros como verdinegro.

Sin embargo, más allá de todo eso, lo más preocupante en el entorno están siendo las sensaciones que transmite el equipo de Ñete Bohigas, con visibles muestras de agotamiento físico y anímico. Jugar tantos encuentros con apenas 7-8 jugadores profesionales ha terminado pasando factura y ahora es el momento de intentar el reflotamiento. El objetivo es conseguir una o, a lo sumo, dos victorias con vistas a solidificar el hueco que todavía separa de los últimos clasificados.

ESPERANDO A ‘RAKO’ / ¿Será en Prat? Aunque por descontado no se ha querido dar por perdido ya este encuentro, las miras se dirigen más bien a los dos que todavía hay que disputar en el Multiusos, el primero de ellos ante el Força Lleida. Ese día se espera la reaparición de Niko Rakocevic, que ayer viajó con el resto de sus compañeros para darles apoyo moral. Hasta se ha ofrecido para jugar, pero no se quiere asumir el riesgo que supondría que su dedo volviese a fracturarse.

Como mínimo, será muy difícil repetir la victoria de la temporada pasada. Ya se vio en la primera vuelta que la diferencia entre ambos oponentes es importante, con un 60-82 a favor de los catalanes que dejó lugar a la duda. Aquella mañana de domingo (3 de diciembre) el conjunto de Arturo Álvarez dio muestras de un juego físico y lleno de talento que no dio opción alguna a los locales.

«Espero un partido muy duro», dijo Bohigas antes de afrontar un viaje de once horas en autobús hasta Barcelona. Toca apretar los dientes y salir cuanto antes del entuerto que en el equipo se ha ido metiendo entre tanto momento adverso. Y, si no se puede ganar, sí al menos volver a sentirse capaces de lograrlo, porque últimamente pasa todo lo contrario.