El Cáceres Destino Turístico afronta una de sus últimas oportunidades para engancharse a las eliminatorias por el ascenso. Una derrota hoy frente al Bilbao Basket (12.30 horas) le complicaría enormemente la situación, ya que se encuentra a dos victorias de diferencia del octavo clasificado, frontera entre los que seguirán en la competición y los que la darán por terminada.

Los verdinegros ni siquiera tienen asegurada la permanencia, aunque apenas un resultado positivo en las seis jornadas que restan les permitiría estar tranquilos definitivamente. Sólo baja directamente el último, mientras que penúltimo y antepenúltimo disputan una eliminatoria.

Lo prioritario en el multiusos es recuperar el mismo tono físico que permitió a los cacereños resistir admirablemente durante gran parte de la temporada los problemas extradeportivos. Esa deseada revitalización empezó a apreciarse en Plasencia hace cuatro días, pero no se evitó caer.

Sin embargo, la lectura positiva es la cada vez mejor adaptación de Shea Seals y Ramón Moya a la dinámica del equipo. Son ellos los que deben dar un punto de frescura a una escuadra en la que no hay que olvidar que su jugador de referencia es un pívot de 40 años. Precisamente Okac ha sufrido problemas de tendinitis y no estará a tope.

SALLIER Y EL MORBO Enfrente estará el Bilbao, uno de los equipos más potentes de la LEB y que aspira con seriedad al ascenso. Llegará con Bryan Ruston Sallier, el jugador que inició la temporada en Cáceres y uno de los damnificados por la falta de pagos que desmembró la plantilla creada en verano. Está cumpliendo, aunque parece difícil que vuelva a ser el pívot desequilibrante que durante tanto tiempo se ganó la vida en la Liga ACB. Hay que tener en cuenta que se motiva en las ocasiones especiales y ésta sin duda lo será.

Vidorreta goza de una plantilla larga. Tendrá el inconveniente del esguince de tobillo de Venson Hamilton, pero por lo demás posee varios de los mejores especialistas, como el base Javier Salgado o el alero Brian Howard.