El Cacereño está saneado económicamente, pero la temporada que viene, de no mediar un milagro casi imposible, militará en Tercera División, una categoría que no concuerda con la ciudad feliz . El Cáceres Destino Turístico sí puede militar en una división tan digna como la LEB, aunque menor al lujo añorado de la ACB, pero sus problemas son de otro tipo: se buscan dinero y presidente para la entidad.

Son las paradojas que, de cuando en cuando, depara el deporte. Mientras el equipo de fútbol, convertido en sociedad anónima deportiva, está como nunca en cuanto a rendimiento económico (a los 180.000 euros de subvención municipal, más de 360.000 de beneficios del bingo) está a punto de irse a la cuarta división del balompié nacional, al de baloncesto le falta precisamente eso, estabilidad financiera, para continuar en la segunda competición en importancia.

La paradoja alimenta extraordinariamente las múltiples dudas que se ciernen sobre los fieles de los dos clubs históricamente más importantes de la ciudad. En Cáceres las cábalas sobre la continuidad del basket se multiplican, ya que, hoy por hoy, ni siquiera se puede asegurar que el club vaya a sobrevivir, en tanto que sobre el Cacereño los interrogantes son de otro tipo y se centran en la postura del presidente, Félix Campo, sobre el futuro proyecto, si es que él sigue. Hay quien afirma que el empresario salmantino intentará vender las acciones del club, en vista del divorcio entre grada y palco, aunque el dedo acusador del fracaso actual señala directamente al director deportivo y técnico, Ismael Díaz.

Identificación

Un grupo de aficionados está dispuesto a crear una nueva entidad, paralela a la actual, aunque tampoco se descarta que, con el apoyo empresarial detrás, se intente un golpe de mano y se controle el club, hoy por hoy escasamente identificado entre los cacereños, pese a lo que diga el alcalde, José María Saponi, aunque a Campo hay que reconocerle su esfuerzo por modernizar las estructuras del club, totalmente obsoletas hace escaso tiempo.

¿Para qué se quiere un Cacereño moderno si el equipo está en Tercera?, es la pregunta que ronda. ¿Cómo se puede estar en la LEB si cada mes se sucederá la incógnita de si se podrá pagar a los jugadores o no? El Cacereño paga religiosa y puntualmente, pero ha perdido su categoría; el Cáceres ha estado dignamente representado en la LEB, pero su imagen se ha visto dañada nacionalmente porque sus jugadores han estado cuatro meses sin cobrar.

Con todo ello, el futuro de ambas entidades está en el aire. Los mejores tiempos, en los que el Cáceres preparaba por estas fechas una temporada más en la ACB y el Cacereño, en Tercera o Segunda B, despertaba ilusión, parecen haber pasado a la historia.

En el Cacereño, además, hay un entrenador que tiene firmados dos años más. Parece que Félix Campo, si se queda, apostará por alguien distinto. En el Cáceres, su técnico, el ahora prestigioso Ñete Bohigas, quiere quedarse, y el club pretende que siga, pero no está claro quién puede pagarle. Paradojas del deporte cacereño.