Los secretos a voces se acaban sabiendo. Ayer, a las 14.32 horas, se desveló otro: el Cáceres Ciudad de Baloncesto, el club que compite en la LEB Oro con el nombre de Cáceres Patrimonio de la Humanidad, anunció, como han hecho miles de empresas de España en los últimos días, un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectará a la totalidad de sus empleados, incluyendo jugadores, cuerpo técnico y personal de oficina.

El Cáceres se une así a dos entidades futbolísticas, Mérida y Don Benito, en una iniciativa que pretende ahorrar costes laborales, minimizando pérdidas ya que las competiciones en las que participan están paradas sin fecha de retorno oficial y tampoco cancelación confirmada.

En el caso de la LEB Oro, empieza a ser otro secreto a voces que no se continuará y que se dará por terminada cuando lo decida definitivamente su organizadora, la Federación Española de Baloncesto. Estaría por ver si hay ascensos a la Liga Endesa y/o descensos a la LEB Plata.

Según declaró esta semana Jorge Garbajosa, presidente de la FEB, al diario As, su entidad «está a disposición de las instrucciones que lleguen desde el Gobierno y el Ministerio de Sanidad» y y está dispuesto a «articular soluciones innovadoras». «Hay que ser creativos pero hacerlo de una manera común para que luego no veamos un alud de reclamaciones, que podrían ser legítimas, y que podrían dar a decisiones cautelares», explica.

Los jugadores del Cáceres realizaron su último entrenamiento en la mañana del jueves 12 de marzo, justo el día antes de que el calendario indicase que tocaba recibir al Força Lleida. Ese partido fue aplazado, al igual que las tres siguientes jornadas.

Ante el confinamiento ordenado por el Gobierno para evitar la expansión del covid-19, a la plantilla se le dio una doble opción: o regresar a sus lugares de origen o quedarse en sus casas.

Tres de los extranjeros --el norteamericano Arkeem Joseph, el holandés Jordy Kuiper y el danés Sylvester Berg-- decidieron regresar a sus países. Los demás, incluyendo íntegro el bloque de nacionales, permanecieron en Cáceres a la espera de acontecimientos.

Pero ya ha empezado a haber más movimientos. Tras más de dos semanas encerrados, al menos tres jugadores han optado por volver a sus hogares en Euskadi y Cataluña: el regreso de la competición no estaba ni mínimamente cercano.

Con todos existe el compromiso de que, en el hipotético caso de que la LEB Oro 2020-21 pueda concluirse sobre la pista, vuelvan a la ciudad.

LA EXPLICACIÓN / El club ha intentado evitar la fórmula del ERTE el máximo tiempo que ha podido. Ahora, parte del salario de sus empleados pasará a pagarlo el Estado, aunque en su comunicado público de ayer no se especificó cómo afectará a cada uno de ellos en concreto.

«Debido a la situación actual que atraviesa el país en Estado de Alarma por motivo del covid-19, y a la suspensión de toda actividad del club por el aplazamiento de la competición de la Liga LEB Oro, el Cáceres se ve en la obligación de acogerse al Real Decreto Ley 8/2020 de 17 de marzo de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social provocado por esta crisis sanitaria», indica.

Por ello, continúa, «presentará toda la documentación necesaria para solicitar un expediente de regulación temporal de empleo que incluirá tanto a jugadores, cuerpo técnico como trabajadores del club con el objetivo de salvaguardar la viabilidad futura de la entidad y proteger los contratos de los trabajadores».

Apostilla poniendo de relieve que «espera que esta situación finalice lo antes posible afectando al menor número posible de personas» y agradece «el trabajo, la dedicación y el esfuerzo de todos los sanitarios y fuerzas de seguridad del Estado».