Resulta habitual que un equipo se enfrente a otro que tiene jugadores que han pasado por su seno por su seno, pero no tanto en la cantidad que se producirá hoy en el Multiusos (21.00 horas). El Palma Air Europa llega nada menos que con cinco excomponentes del Cáceres Patrimonio de la Humanidad.

Entre Álvaro Frutos (base), Ben Mockford (escolta), Asier Zengotitabengoa (alero), Roger Fornas (ala-pívot) y Víctor Serrano (pívot) pueden formar perfectamente un quinteto de antiguos verdinegros que se enfrente a los actuales verdinegros. Suele aludirse al ‘morbo’ que ofrece esta situación, aunque de lo que más bien habló Ñete Bohigas ayer fue de que los cinco profesionales «querrán reivindicarse».

El entrenador del Cáceres ha trabajado directamente con Frutos («es muy listo y les puede dar mucha información oculta de cómo trabajamos»), Mockford y Víctor Serrano, un interior al que añora sin tapujos, vistos sus problemas actuales en esa posición. A Fornas, que se casó con la cacereña Laura Carrasco hace año y medio, se le sigue viendo muy a menudo por la ciudad. Su caso es similar al de Zengotitabengoa: ambos pasaron por el club de forma muy fugaz, sin conseguir demostrar sobre la pista por qué son jugadores consolidados de la LEB Oro.

CARLOS TOLEDO, DUDA / «Tienen una grandísima plantilla, con dos jugadores de calidad en cada puesto», argumentó Bohigas. Su consigna es hacer del pabellón cacereño una trinchera en la que cimentar la permanencia, aunque sea ante equipos teóricamente superiores como el Palma. La línea de las victorias ante Retabet GBC y Leyma Coruña es la que hay que seguir.

No será fácil. Esta vez no está todo el equipo en perfecto estado de revista, como en aquellos encuentros ganados que impidieron ser ahora colistas. Carlos Toledo apenas ha podido entrenar durante la semana, recuperándose del esguince que le impidió jugar en Marín, y JC Fuller ha arrastrado una molesta gastroenteritis y ha perdido peso. En el caso del primero, la decisión final será suya para saber si salta a pista o no, dependiendo de las sensaciones que tenga.

Casi lo único bueno de los últimos días, indicó el técnico, fue el partido del martes ante el Libolo angoleño, pese a perder (75-81). «Nos vino bien. Pude dar minutos a gente que necesita coger confianza y asentarse en el juego colectivo. Fue un entrenamiento de calidad», resumió.

EL ‘TOQUE’ / Entre esa «gente que necesita coger confianza» está obviamente Zigymantas Riauka, que se marcó otra tarde para olvidar en Galicia el sábado (cero puntos y cero rebotes y -6 de valoración en 7:21) y que ante los africanos sí lució algo más.

Es meramente interpretativo, pero Bohigas pareció ‘dar un toque’ al propio Riauka y a Fuller para que mejoren su rendimiento. Hasta los mencionó directamente. «Los nacionales están a un excelente nivel. Si no, no hubiésemos podido ganar los tres partidos. Necesitamos más aportación de Ziggy y de JC. Es un proceso de aprendizaje, pero tienen que dar un pasito más. Pero ya sé que ponen lo máximo que pueden», dijo.

Preguntado si esperaba algún regalo en forma de fichaje en la época navideña, se remitió a responder que lo único que no deseaba era «carbón, nada más que eso». El club sigue tan remiso como antes en lo que salirse del presupuesto se refiere, pero podría haber algún cambio si el mercado lo facilita.

Antes que todo eso está el Palma hoy y la visita al Araberri el martes, sin apenas tiempo para prepararla. Los baleares se presentan como una amenaza importante, «con muchos jugadores con puntos en sus manos y capacidad para crear», reiteró el entrenador del Cáceres. La clave, señaló, será conseguir que «sus interiores no produzcan» en un equipo «que suele jugar mejor fuera de casa que en su pabellón». Todo lo contrario que los suyos, mucho más acertados en sus partidos en el Multiusos.