Juega el primero contra el penúltimo, en casa del primero, y el destino parece estar escrito. Pero el Cáceres Patrimonio de la Humanidad saldrá a rebelarse contra ello esta tarde (19.00 horas, pabellón San Pablo) frente al Betis Energía Plus, el ‘tirano’ de la LEB Oro esta temporada. Falta le hace porque, después de seis derrotas consecutivas, el coqueteo que lleva durante toda la temporada con el descenso va camino de convertirse en amor perpetuo.

La situación, nadie lo niega, empieza a ser desesperada. A los malos resultados se une la sensación generalizada de que a este equipo, por las razones que sean, se le hace todo muy cuesta arriba. Cualquier dificultad acaba convirtiéndose en una montaña imposible de escalar.

En el medio del escenario está Roberto Blanco, cuyo estreno en el banquillo resultó victorioso, ante el Barcelona B, pero que después no ha cosechado más que disgustos. El entrenador intentó ayer una vez más poner buena cara al temporal con un mensaje optimista, incluso para un choque tan difícil como hoy y en el que cualquier derrota sería lógica y hasta asumible.

«Si pienso que voy a perder, ni viajo», espetó. Como sucedió en todos y cada uno de los siete partidos anteriores, elogió el trabajo de sus jugadores durante la semana e incluso le encontró al partido «una motivación más». «Es el líder y nadie duda de su nivel. Son los máximos favoritos a subir, la mejor plantilla de la liga para mí», analizó, mencionando especialmente al veterano base Dani Rodríguez, «quizás el jugador más determinante de los últimos años en la competición, aunque es injusto no mencionar a los demás porque tienen una plantilla larga y de grandísimo nivel».

También elogió a Curro Segura, el entrenador local, sobre todo por «cómo está sabiendo gestionar los roles dentro del equipo» y también por el hecho de que el Betis «sepa jugar igual de bien rápido que lento».

«UN PASO AL FRENTE» / Blanco habló de que el Cáceres necesita «dar un paso al frente» y que estar en el equipo «no sea un trabajo de lunes a viernes, hasta la hora del partido, sino que acabe cuando acaben los partidos». Uno de sus lemas más repetidos en estos casi dos meses que lleva en el puesto es que lo que sucede en los entrenamientos diarios siempre es mucho mejor que cuando hay ‘fuego real’ durante los 40 minutos en pista. Su resumen acaba siendo descarnado, aunque tristemente real: «Nos está faltando consistencia. Psicológicamente nos está costando porque entramos bien en los partidos, pero luego...». Eso sí, que no falte la última salva en positivo. «Tenemos una plantilla larga y con jugadores suficientes para levantarnos y levantar al compañero», apostilló.