Dos meses. Ese el plazo. En ese tiempo se sabrá si el Cáceres continúa con vida como sociedad anónima o si, por el contrario, se disuelve. Así de claro lo expuso ayer el presidente, José María Bermejo, en el transcurso de una junta de accionistas en la que se certificó la cruda realidad de la entidad.

"Los números cantan". "La situación es crítica". Bermejo diagnosticó estas enfermedades para un paciente en estado terminal. Sin embargo, el presidente verdinegro arrojó una luz en el final del informe que ayer desglosó ante los accionistas. "Ojala lleguemos a tiempo para salvar esto", deseó ante una masa social representada en alrededor del 40 por ciento de los accionistas.

Sereno y frío, Bermejo trasladó a los asistentes un discurso realista, amparado en los alrededor de 2.300.000 euros (380 millones de pesetas) que se arrastran de deuda, al tiempo que dijo que hay un "reto importante" por delante: "seguir luchando por las soluciones". Se aprobaron por mayoría las cuentas de la pasada temporada y el presupuesto de ésta (2.731.895 euros, 454 millones de pesetas).

"Cuando planeaba la venta, todo Cáceres quería que no se vendiese y se hizo un gran esfuerzo. La respuesta han sido 1.600 socios, taquillas que no dan para pagar los gastos y algunas empresas importantes de esta ciudad que no han aparecido; así es difícil de continuar", expuso.

El presidente verdinegro se lamentó del fracaso de su plan de viabilidad a cinco años por la falta de apoyo de las entidades bancarias. Recordó que preveía un recorte de gastos y un aumento de los ingresos, al tiempo que añadió que se pidió una operación mercantil y un crédito para solucionar los problemas. Pero, además de no fructificar, añadió, "han salido a relucir deudas, demandas y embargos y se ha colapsado la superviencia del club".

APOYO DEL ALCALDE

"Esto no puede seguir así", insistió. "La paciencia tiene límites", dijo antes de resaltar que, hasta el día de ayer, el apoyo institucional sólo ha llegado del alcalde de Cáceres, José María Saponi. De manera indirecta, se quejó de que la Junta de Extremadura no hubiera ayudado más. "Si alguna persona hubiera descolgado el teléfono, hubiera sido fácil", dijo.

"Hay que tener una postura clara: si estamos dispuestos a tirar todos del carro, adelante; si no, es un trabajo inútil". Bermejo también lamentó el escaso apoyo de la afición, "aunque en los últimos partidos hemos notado cierta animación", subrayó.

El presidente instó a recuperar "el espíritu del 10 de mayo", en referencia al ascenso del 92 y apeló a que las instituciones extremeñas colaboren en reflotar el proyecto. "Me cuesta creer que el Cáceres no interese; Extremadura está en un buen momento y tiene que aprovecharlo; sería injusto ayudar en lo más alto y después dejarlo", incidió el dirigente.

Sobre lo estrictamente deportivo, Bermejo dijo: "Sigo creyendo en la salvación" y pronosticó una segunda vuelta "muy bonita" si sigue la actitud del equipo y se acierta con el fichaje del sustituto de Thomas.