CACERES DESTINO TURISTICO 78: Cazorla (9), Johnson (11), Washington (16), Sallier (22), Higgins (9) --cinco inicial-- Javi Pérez Gutiérrez (0), Oscar Rodríguez (11), Rivero (0).

COINGA MENORCA 77: Camps (19), Miguel (13), Manzano (7), Moss (22), Floyd (6) --cinco inicial-- Burgos (9), Otegui (1), Ruiz (0).

ARBITROS: Tortella y Millera. Sin eliminados.

MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 6-8, 15-25, 24-32, 32-40 (descanso), 46-48, 60-60, 66-65 y 78-77.

INCIDENCIAS: Decimotercera jornada de la Liga LEB.

Definitivamente, estos chicos saben sufrir. El Cáceres acumuló su tercera victoria seguida en la LEB y se encarama definitivamente al grupo de cabeza. Lo hace después de un sudadísimo triunfo ante el Coinga Menorca. El sufrimiento llegó por partida doble: primero levantando una decena de puntos de desventaja en el tercer cuarto y después, en la última acción, cuando los baleares no acertaron a anotar la canasta que hubiera cambiado de color el partido.

Fue, sobre todo, otra noche de baloncesto divertido. Parece que el aficionado cacereño empieza a saborear los nuevos matices del planeta LEB , ése en el que los encuentros nunca están definidos pese a que uno de los rivales se escape y en el que la velocidad y cierta locura son más importantes que los kilos de la ACB.

SALLIER, ESTELAR Resulta demasiado sencillo designar al protagonista del partido: Bryan Ruston Sallier. Sus 22 puntos, 8 rebotes y enorme personalidad fueron el factor principal para batir al Menorca. Se acabó de momento la arquetípica frase que pesaba sobre el jugador: entrena de escándalo, pero no acaba de entrar en los partidos. Ahora ya se ha visto lo que puede hacer al fin, si las lesiones le respetan. Suyo fue el papel de tenor principal cuando estaban las cosas más crudas y el rival se había marchado 36-45 (min. 23).

Hasta entonces, el Cáceres parecía tener cierta torrija , quizás agobiado por la ausencia de relevos en el juego exterior. Juanmi Morales fue baja por una inoportuna fiebre y a Javi Pérez Iniesta le queda un mes de ver partidos desde el banco. El Menorca salió más despierto, encontró bien a Chris Moss --uno de esos que parece que no hace nada, pero que acaba con 20-10 todos los partidos-- y corrió de lo lindo con Salva Camps y Alberto Miguel. Final del primer cuarto, 15-25. Al descanso, 32-40. Como para mosquearse, sobre todo también por el desconcierto arbitral.

Fue en el tercer cuarto cuando el Cáceres ofreció una receta hasta ahora inédita: torrente ofensivo en el juego interior. Hasta ahora demasiado pendiente de la inspiración de la dupla Washington-Johnson, gris ayer, Ñete Bohigas descubrió que la clave era aprovechar la floja defensa de los pívots visitantes. Sallier y, en menor medida, Higgins y Oscar Rodríguez se hincharon y dieron la vuelta al tanteo (52-51, min. 28). El partido pareció ganado (76-71 a 1,30), pero el Menorca no se rindió y tuvo la última posesión, pero ni Burgos ni Moss acertaron.