Emocionado y arropado. Roberto Blanco se presentó como entrenador del Cáceres Patrimonio en un acto en el que hasta en la trastienda estaba apoyado por los tradicionales empresarios avalistas e impulsores máximos del proyecto, Eduardo Chacón, Pedro Núñez y Abelardo Martín, o amigos-directivos como Emilio de Alba. En el concesionario de Novamotor Toyota, firma que ha renovado su compromiso también con el club extremeño de la LEB Oro, el técnico placentino inició su primera etapa desde el comienzo al frente de la plantilla verdinegra desprendiendo las mismas dosis de entusiasmo que de prudencia, al igual que hizo el propio club, inequívocamente cariñoso con él.

«No le voy a dar la bienvenida. Es como si mi hijo viniera después de las vacaciones a casa. Le daría un beso y le preguntaría que qué tal lo había pasado y ya está. Roberto es nuestro entrenador de casa. Es un orgullo que un chico o una persona que ha trabajado con nuestra cantera desde hace muchos años sea el entrenador del primer equipo. Él se lo ha ganado y, además, cogiendo el proyecto desde el principio. Queremos que salgan tanto técnicos como jugadores», significó José Manuel Sánchez, presidente del Cáceres. «Estamos contigo a muerte», resaltó.

«Siempre ha sido la primera opción», abundó Sánchez cuando fue cuestionado sobre si hubo posibilidades de que otro técnico hubiera sido el elegido. También disculpó el dirigente la tardanza en hacer oficial la renovación por haberse centrado todo en salvar problemas burocráticos y otros de otra índole antes de la inscripción del club en la LEB Oro.

«Es un día muy importante para mí y para los que trabajan desde abajo, desde la cantera. Estoy muy agradecido al club y a todos los que me han ayudado a materializar este sueño. Ayer (por el lunes) me vinieron muchos recuerdos a la cabeza, cuando empecé». En este sentido, nombró a Julio Carrón, en el Miralvalle, o a Manolo Moraga, en el San Antonio Cáceres. No lo hizo, pero también seguro que, por el tono que utilizó, se acordó de su malogrado padre, conocido en Plasencia como ‘Teddy’ como una referencia también en el baloncesto de base en su ciudad natal y en la propia comunidad.

AYUDA DE AMIGOS / «Ha habido muchos amigos y mucha gente que me ha ayudado para estar hoy aquí. Tengo una gran satisfacción y una gran ilusión. Me siento muy orgulloso de estar al mando de esta nave del primer equipo. Hay mucha responsabilidad por delante, pero creo que estamos preparados para hacer un gran año».

Blanco incidió en la grandeza del reto que encara. «El año pasado las circunstancias fueron las que fueron, en una situación muy difícil, pero había que estar ahí y ayudar al club en un momento muy complicado. Como miembro del club, más que empleado, así lo hice. Sin embargo, ahora es un proyecto de inicio, una responsabilidad muy grande», admitió.

El placentino apeló a recuperar el espíritu de Canoe, en un encuentro en Madrid en el que el equipo salvó la temporada rodeado de un apoyo mayúsculo. «Que no sea flor de un día, que esos brotes verdes que vivimos allí continúen en Cáceres. Esa es mi máxima ilusión. Si los resultados llegan la gente va a disfrutar».

El resto del acto, preguntas con pocas respuesta con nombres concretos. Blanco y Sergio Pérez, el gerente-director deportivo, tienen muchos en cartera, y además, dijo el técnico, un estilo de juego propio, diferente a épocas anteriores, con ADN diferente.

En pocas fechas ya habrá nombres sobre la mesa. «Hablar de presupuestos no me corresponde a mí. Estamos trabajando mucho, con conversaciones diarias Sergio y yo para ver la confección de la plantilla, en la línea de trabajo que a mí me gustaría. La temporada pasada se intentó hacer algo en lo que yo creo, pero no había mucho tiempo. Este año corregiremos lo que pudimos hacer mal entonces. Este año el equipo tiene que parecerse más a lo que yo he sido como entrenador. Este es un deporte que evoluciona muy rápidamente y tratar de estar preparados para todo». Del mismo modo, no concretó tampoco nada sobre renovaciones, que se supone que será por donde habrá los primeros movimientos en un equipo que se espera que, al menos, no esté tan apurado como la pasada temporada.