En el Cáceres Patrimonio de la Humanidad todavía se pellizcan cuando recuerdan lo sucedido en la noche del martes en la visita al Leche Río Breogán: 85-92, victoria en la cancha de uno de los máximos favoritos para el ascenso a la Liga Endesa, de la que proviene. La gran sorpresa de lo que va de temporada en la LEB Oro ha dado buenos dividendos al equipo de Roberto Blanco.

Para empezar, una vez concluida la jornada, se vuelve a instalar en la zona de ‘playoff’ con un balance de 3-3. Es noveno, dentro de un considerable atasco de competidores en el escaso margen de uno o dos partidos ganados.

Hacía cuatro años que no llegaba a la sexta fecha sin balance negativo. Parecía haberse acostumbrado en las últimas temporadas a arrastrar sufrimiento: 1-5 en la 2016-17 y 2-4 tanto en la 2017-18 como en la 2018-19. Sí que en la 2015-16 logró el equilibrio en partidos y ganados y la consecuencia fue, a la larga, la última presencia en las eliminatorias por subir.

No es ese el objetivo de una plantilla diseñada más bien para alcanzar la permanencia lo antes posible y luego, si es posible, mirar metas más altas. Pero es que resultados como el de Lugo cimentan eso mismo, ya que puede presumir de que saca tres triunfos de ventaja al Marín, que todavía no ha ganado (ayer, 49-63 ante el Leyma Coruña), y dos al Almansa, que fue vapuleado también en la noche del martes en casa por el Trapa Palencia (70-95), y el Canoe, que sí sumó por fin frente al Huesca (69-54).

Ahora se espera continuar montado en esta ola de optimismo al amparo de su afición. El domingo a las 12.00 visita el Multiusos el Ourense, que lo hará con un día menos de descanso y visiblemente herido. Jugó ayer su partido y recibió su segunda ‘paliza’ consecutiva: si el viernes anterior había sido apabullado por el HLA Alicante (85-68), frente al Carramimbre Valladolid volvió a mostrar muchos problemas, esta vez en su pabellón (56-77). Es llamativo porque el conjunto que dirige Gonzalo García de Vitoria se había mostrado sólido en las tres primeras jornadas, en las que ganó. A partir de entonces, un balance negativo de 55 puntos.

LA FIEBRE DE ÚRIZ / La victoria ante el Breogán se consiguió además con uno de los hombres fundamentales, Ricardo Úriz, arrastrando un proceso febril que incluso hizo dudar de su participación ante el que fue su equipo las dos últimas temporadas. «Hasta el último momento no hemos tomado la decisión de si sacarle o no, pero no podía dejarle sin ponerle en esta, que es su casa, y que nos ayudase. Tanto él como Aitor [Zubizarreta] han hecho un partido sensacional. Su esfuerzo ha sido increíble», dijo Blanco minutos después de la bocina final.

Aparentemente sereno, el técnico placentino valoró que los suyos «empiezan ahora los partidos con más claridad, teniendo más claro dónde quiere poner el balón, dónde podemos encontrar un resquicio» y que se encontrasen «tiros liberados, dando un pase más para encontrar al compañero en buena disposición». «El equipo se ha encontrado muy cómodo en la pista, creyendo en sus posibilidades, sin egoísmos, buscando la situación más óptima. Sabíamos del potencial que tiene el Breogán y hemos intentado convencer a los jugadores que podían mantener el nivel de juego», resumió. «Haber ganado en un sitio como Lugo donde hay tanto empuje del público le da más valor a la victoria», agregó.

Blanco fue preguntado especialmente por el porcentaje de triples conseguido en el Pazo (estratosférico 66%, 14 de 22 en total) y relató que «no es fruto de un día» y que en su plantilla hay jugadores «con mucho talento» para ello, «no los estábamos encontrando». «A veces tirábamos en situaciones forzadas. Ante el Palma sí fueron buenas, pero no entraron y ante el Breogán, sí. Si me tengo que jugar mi nómina, me la juego en este aspecto con gente como Ricardo [Úriz], Niko [Rakocevic], Ferrán [Ventura] o Jordy [Kuiper]. La clave ha estado en cómo han llegado esos tiros», apostilló.