Con 217 centímetros cuesta imaginarse la estampa de Jiri Okac bailando el clásico redoble cacereño. Muy estético no parece, la verdad. Pero Ñete Bohigas ya lo ve como un símbolo de cacereñismo y un ejemplo de vinculación por el baloncesto verdinegro.

Pero no sólo es Okac. Juanmi Morales, que jugó infiltrado ante el Inca, Juan Pedro Cazorla, Oscar Rodríguez... así hasta los ya conocidos como siete galácticos . "Se trata de un grupo verdaderamente comprometido y eso es lo que buscamos cuando hicimos el equipo desde el principio", reconoció el técnico tras la hazaña de superar al Inca el viernes con siete fichas profesionales.

Bohigas fue más allá del esfuerzo antinatura que realizan los jugadores y también recordó el empuje que dan todos: "Desde el cuerpo técnico --además de los juveniles a veces he tenido que tirar de alguno de mis ayudantes para completar los entrenamientos-- hasta los trabajadores de la oficina. Me siento muy orgulloso de todos ellos".

Sabe que su equipo está al límite en el capítulo físico y que la pelea de cada partido puede irle recortando efectivos si los refuerzos no llegan pronto. "Hasta principio de semana no sabré a qué jugadores puedo tener para el partido del miércoles", se resigna.

La semana que comienza mañana se presenta como una etapa de alta montaña para este mermado ciclista. Dos partidos en cinco días puede traducirse en un desfallecimiento peligroso, pero adelanta que no se va a repetir la petición de aplazamiento. "Visto el resultado que tuvimos no lo repetiremos porque no merece la pena. No queremos que la federación piense que no somos un club serio. Esto es transitorio y lo vamos a solucionar. Que nadie piense que queremos trampear la competición", apostilló.

Y mientras tanto, el presidente de la Fundación Cáceres, Teodoro Casado, alabó la actitud de los jugadores y del cuadro técnico. "Son unos superprofesionales", dijo, al tiempo que sigue con las gestiones para conformar una junta directiva en la que él, aclara, no será presidente. Toni Pedrera no tiene intención de entrar y Enrique Fernández se lo pensará.