CACERES DESTINO TURISTICO 66: Pedro Rivero (6), Javi Pérez Iniesta (13), Seals (13), Oscar Rodríguez (7), Okac (11) --cinco inicial-- Morales (2), Javi Pérez Gutiérrez (1), Moya (12), Cazorla (0).

BILBAO BASKET 71: Salgado (14), Uriz (7), Howard (7), Sallier (10), Jorge García (18) --cinco inicial-- Iker López (4), Saenz de Ugarte (2), Lucho Fernández (4), Juanma Rodríguez (5).

ARBITROS: Velasco y Feixa. Sin eliminados.

MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 11-5, 17-28, 27-34, 37-39 (descanso), 47-46, 51-55, 55-59 y 66-71.

INCIDENCIAS: Vigesimonovena jornada.

Hay que volver a mirar hacia abajo, asegurar cuanto antes esa victoria que daría matemáticamente la salvación. Y es que el Cáceres Destino Turístico acreditó ayer con su cuarta derrota seguida que está muy cansado dentro de una temporada con demasiados contratiempos. El Bilbao dio muchas facilidades, pero acabó llevándose una victoria que no puede considerarse injusta ni achacar al arbitraje.

El encuentro ofrece una lectura sencilla: los de Ñete Bohigas ya no tienen la misma variedad de ideas ni la misma frescura que les permitieron conseguir varias victorias heroicas cuando más difícil estaba la situación, hace un par de meses. Ahora es un equipo voluntarioso, pero que camina a una velocidad muy inferior a la de sus rivales. Las eliminatorias por el ascenso se han escapado casi sin remedio y ahora lo que queda es reflotar un poco el estado físico y mental del grupo.

NOMBRES PROPIOS Ese cansancio también se observa en la grada. No sólo son los jugadores, técnicos y directivos los que están pidiendo la hora , sino también los aficionados. Las contrarias circunstancias conllevaron la peor entrada de la temporada, apenas mil personas.

Aún así fue un encuentro con sus alicientes. El primero, la presencia de Bryan Sallier en el Bilbao. El norteamericano, motivado y abucheado por la que hace unos meses era su hinchada, echó mano de su enorme calidad para firmar un gran comienzo: ocho puntos en los primeros cinco minutos (11-15), pero entonces cometió su tercera falta y se tuvo que sentar en el banquillo. Paradójicamente, eso benefició a los vascos, que vivieron menos pendientes de él y pudieron estirarse.

El partido olía a paliza al inicio del segundo cuarto (17-30): el Cáceres había respondido con tres triples seguidos de Javi Pérez Iniesta y muy poquito más. Rivero ha vuelto a una fase gris en su juego, la edad de Okac no le permite jugar al máximo nivel tres partidos en ocho días y las musas también han abandonado a Oscar Rodríguez. De Juanmi Morales apenas ha habido noticias esta temporada más allá de su entusiasmo y esta vez tampoco fue un factor diferencial.

Quienes tienen que darle aire a la plantilla volvieron a firmar un día irregular. Mejor Ramón Moya, catalizador de la recuperación verdinegra antes del descanso (37-39), que un Shea Seals inconstante e intrascendente.

LA OPORTUNIDAD Con más voluntad que acierto, el Cáceres llegaría a ponerse por delante (41-39, min. 21) y pareció enfilar de forma exitosa la resolución del choque, ayudado por la concatenación de errores de los visitantes, a los que les faltaban dos de sus grandes referentes, Venson Hamilton y José Luis Maluenda. Sin embargo, aparecieron Jorge García y Javier Salgado cuando más se les necesitaba y la iniciativa volvió a cambiar, esta vez ya sin remisión. El Cáceres se asfixió, sobre todo en ataque, y ahora le toca afrontar otra ración de sufrimiento, esta vez de índole deportivo.