Hacer la maleta y emigrar en busca de oportunidades está de moda. Moda obligada, claro. Y el deporte, al menos el humilde, no se salva. Que le pregunte a Juan Manuel Piti Hurtado, que acaba de convertirse en el primer entrenador de baloncesto español que dirigirá a un equipo de Japón. El cacereño se lanza a la conquista del imperio del sol naciente, donde entrenará al Levanga Hokkaido, de la ciudad de Sapporo, que milita en la National Basketball League (NBL), la primera categoría del país asiático.

"En este oficio no se puede elegir demasiadas veces y es la mejor propuesta a día de hoy", asegura el técnico cacereño, que no entrena desde que fue destituido en el Cáceres a finales del 2009. Desde entonces ha compaginado diversos proyectos deportivos con la dirección de las selecciones extremeñas de minibasket e infantil. Y en medio, otra experiencia internacional, en el campaña 2010-2011, cuando trabajó como consultor y scouter del equipo mejicano de Mexicali, además de ser asesor en la Universidad Autónoma de Baja California.

La aventura asiática de Piti Hurtado es posible gracias al periodista Sergio Ruiz, coordinador de diversos proyectos de cooperación entre el baloncesto de España y Japón. "Me llamó y me pareció atractivo por muchas razones: cultura, honestidad en el proceso de entrevistas que tuvimos, paciencia y ganas de mejorar", explica el cacereño, que dice que para su carrera supone "sumar experiencia".

El extécnico del Cáceres tiene una apasionante tarea por delante. En el Levanga Hokkaido coincidirá con un viejo conocido que ya estuvo bajo sus órdenes, el estadounidense Jameel Watkins. La temporada pasada fue último de su liga, "pero creo que tiene nivel para hacerlo mejor", dice Hurtado, que se encontrará con una categoría reunificada --"que se ha revalorizado mucho"-- que tendrá doce equipos.

"Mi primer y principal objetivo será la adaptación a una forma de pensar diferente y arrimar el ascua del mejor rendimiento a la sardina de mi plantilla de jugadores. Convencerles de progresar en lo táctico, en la lectura del juego y en ser eficaces en los dos lados del campo", explica el cacereño, que apura sus últimos días en Cáceres, ya que el día 1 de agosto se marcha hacia Sapporo, una ciudad con dos millones de habitantes, para comenzar la pretemporada, conocer mejor a su equipo y concretar los últimos retoques de su nueva plantilla.