Se llama Steve ‘Junior’ Robinson, juega en el Saenz Horeca Araberri y es una de las grandes estrellas de la LEB Oro. Seguro que es la más peculiar: con 1,65 de estatura, menos que nadie en la competición, también es su máximo anotador, con 25,2 puntos por encuentro, casi siete más que el segundo, Stephen Vasturia (Palencia). Pues bien, Robinson es la gran amenaza esta noche para el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, que necesita sumar su cuarta victoria a partir de las 21.00 horas en el Multiusos.

Robinson ha dado mucho que hablar en los once partidos que ha disputado, empezando por el primero, cuando anotó 47 puntos. Su estilo es explosivo: correr, tirar en posiciones imposibles y liderar a un equipo que, tras un inicio aciago, ha ganado cinco de sus seis últimos encuentros.

Enfrente estará un Cáceres al que no le salen las cuentas si mantiene su ritmo de una victoria al mes. Descenderá si no empieza a sumar más a menudo, sobre todo en partidos como el de esta noche. Pero no será sencillo.

Niko Rakocevic (14,3 puntos, octavo en la tabla que lidera Robinson) será baja por segundo partido consecutivo. Su serio edema óseo en un talón le apartó ya de la cita de Bilbao y de momento no se le pone fecha a su regreso. Tampoco se ha querido precipitar el debut de Andy Mazurczak, por lo que los demás tendrán que multiplicarse. En principio, el contrato temporal de su sustituto, Arturo Cruz, acaba después de este choque.

El duro resultado de Miribilla (82-53) frenó la positiva progresión cacereña. «Teníamos la sensación de que estábamos haciendo las cosas bien, pero en Bilbao o jugamos al mejor nivel, independientemente de que nos faltasen los puntos de Niko. Hicimos 15 minutos muy bueno. Luego encajamos un parcial duro y ellos se vinieron arriba», reconoció ayer Ñete Bohigas, que apuntó abiertamente lo que lo que muchos piensan: «Tenemos que ganar».

Durante los últimos días se han preparado distintas soluciones tácticas para intentar minimizar la aportación de Robinson, pero Bohigas advirtió que el Arabarri es mucho más que el base norteamericano. «Por su forma de jugar, parece que el foco siempre está en él, pero tiene a otros muchos jugadores de nivel. Se sienten muy cómodos. Juegan con ocho en la rotación y mucha confianza. Además, no han tenido problemas de lesiones. Nosotros hemos intentado hacer un buen trabajo de balance defensivo. Ellos se basan mucho en situaciones de bloqueo directo y transiciones rápidas», analizó, reiterando su idea de que «no hay que obsesionarse con los puntos de Robinson».

SAPP Y JORDÁ / La ausencia de Rakocevic dará más responsabilidad a TJ Sapp, a quien se pensaba introducir más lentamente en el equipo, pero que ahora tendrá que asumir más tiros y minutos en pista. «Estamos haciendo un trabajo específico con él. Está a un 50% de su capacidad y va a mejor. Creo que en dos semanas estará a su nivel», contó Bohigas. Por ahora está promediando 9,3 puntos con buenos porcentajes (57,1% en tiros de dos y 40% en triples).

Además, repetirá como cuarta opción entre escoltas y aleros Alex Jordá, componente del filial, un joven valenciano integrado en el filial, el Torta del Casar. Las circunstancias del equipo le han obligado a intervenir en 9 de los 11 encuentros. Para Bohigas «es un proyecto del club. Defensivamente siempre está muy bien y sabe hacer cosas en ataque, pero nunca ha jugado en Oro. Y eso pesa. Esa responsabilidad es difícil. Necesitamos que sume».

Todo sea para que el Cáceres intente emerger del antepenúltimo puesto que ocupa ahora. «Tenemos que coger alguna racha y no mirar si los demás ganan o no. Ir sumando e intentar sentirnos ganadores, tratar de superar a alguno de los equipos que están más arriba, encontrar una regularidad que ya hemos tenido», apostilló su entrenador.