60 - CÁCERES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD: Fran Cárdenas (0), Devin Schmidt (9), Sylvester Berg (9), Paco del Águila (0), Sandi Marcius (11) -cinco inicial- Jorge Sanz (0), Roeland Schaftenaar (8), Ferrán Ventura (6), Jeff Xavier (17).

72 - DESTINO PALENCIA: Dani Rodríguez (22), Nico Richotti (9), Sean Smith (6), Preston Purafoy (8), Sasa Borovnjak (12) -cinco inicial- Luciano Massarelli (3), Aitor Zubizarreta (6), Edu Gatell (2), Jabari Narcis (2), Bryce Douvier (2).

Marcador por cuartos: 21-17, 37-45 (descanso), 50-56 y 60-72.

Árbitros: De Lucas, Langa y Garvín. Sin eliminados.

Incidencias: Encuentro de la decimotercera jornada del grupo A de la LEB Oro disputado en el pabellón Multiusos Ciudad de Cáceres a puerta cerrada.

Otra derrota de las que escuecen para el Cáceres Patrimonio de la Humanidad. No tanto como la de Ourense del pasado domingo, pero sí lo suficiente como para poner más en peligro la clasificación para el grupo ‘de los buenos’ en la segunda fase. El Destino Palencia fue mejor (60-72) en un choque en el que los extremeños demostraron que a estas alturas todavía no han pulido su personalidad como equipo. Y eso se paga.

Al fin y al cabo el Palencia es un aspirante, con estrellas absolutas de la LEB Oro como Dani Rodríguez (vaya curso que dio con 22 puntos y un dominio total de la situación), y el Cáceres un equipo en desarrollo aún, en el que los consagrados como Fran Cárdenas no terminan de dar la medida y los jóvenes firman partidos como el de Paco del Águila (0 de 6 en tiro, casi todos liberados... y no es el primero así). Tampoco el entrenador, Roberto Blanco, que cumplía su partido 50 en el equipo (balance 23-27) dio esta vez con la tecla entre gritos desesperados.

En el primer cuarto hubo un antes y después de un triple cambio en el juego exterior. Cuando entraron Jorge Sanz, Jeff Xavier y Ferrán Ventura por Fran Cárdenas, Devin Schmidt y Sylvester Berg, a la altura del minuto 6, el Cáceres dejó atrás un inicio muy flojo (5-12). Xavier encadenó 10 puntos seguidos y Ventura, dos triples, con lo que el equipo se marchó con un 21-17 a favor seguramente inmerecido porque no estaba dando muchos mensajes de solidez.

Cuando se fue esfumó el acierto volvieron los problemas porque todavía falta esa fiereza defensiva que resultó tan característica la pasada temporada. Y quién sabe si en algún momento se logrará. Si algo está caracterizando al conjunto de Blanco es que no consigue consolidar sus momentos de brillantez y esfuerzo.

Llegó al techo con 23-17 (min. 11), pero después volvió a desplomarse en dos tiempos, y eso que consiguió que el referente interior palentino, Sasa Borovnjak, se fuese al banquillo con tres faltas. Primero, un 30-35 (min. 15) y a continuación, cuando logró reponerse y empatar, cerró el primer tiempo con un 0-8 en contra de parcial que esta vez resultaba demasiado cruel para lo demostrado hasta entonces (37-45).

Segunda parte

Tras el paso por los vestuarios, los verdinegros sí empezaron a aplicarse con mayor continuidad protegiendo su canasta, pero de nada servía si eso no iba acompañado de una mayor claridad de ideas en la otra, donde la fórmula tampoco acababa de encontrarse. Con Dani Rodríguez aparentemente manejando la escena con su habitual maestría, se entró en un extraño limbo en el que ni unos se escapaban ni los otros se acercaban de verdad, afrontándose los últimos diez minutos con 50-56.

Blanco decidió jugarse la baza de los ‘pequeños’ y hacer coincidir por primera vez en el choque a sus dos anotadores puros, Xavier y Schmidt. El choque siguió el mismo bucle hasta el momento culminante. Faltando todo cinco minutos todo seguía igual de un modo casi exasperante (57-63).

Fue cuando Dani Rodríguez decidió acabar con la historia y estableció su particular toque de queda. Cogió el balón y se dedicó a hacer casi siempre lo más lógico, ya fuese tirar o dar un pase perfecto. En el Cáceres se desbordaron los nervios y cuando intentó reaccionar ya fue imposible.

Era un partido que, desde luego, se podía perder intuyendo las diferencias presupuestarias, pero lo que se espera de este Cáceres es que progrese al menos. Y no lo logró.