CACERES 81: Busciglio (2), Gruber (-), Valdivieso (7), Patten (16), Sidao (16) --cinco inicial-- Aspe (2), Félix Ortiz (2), Kelvin Peña (7), Panadero (13) y Sanguino (16).

MERIDA PATRIMONIO 59: Holm (8), Perujo (1), Sada (15), Ortega (16), García (11) --cinco inicial-- Nunes (3), Justo (5), Russell (-).

MARCADOR POR CUARTOS: 19-14, 40-28 (descanso), 64-41, 81-59 (final).

ARBITROS: Rastrollo, Alcántara. Eliminaron por personales al local Patten.

INCIDENCIAS: Partido de la Copa de Extremadura de baloncesto. El Cáceres estará en la final ante el Plasencia Galco..

No tiene mala pinta este nuevo proyecto del baloncesto cacereño. Salvando las distancias, los años, el romanticismo y, por qué no, las categorías, el Cáceres 2016 tiene algo muy importante en los tiempos que corren: la mayoría de sus jugadores se divierten. Anoche ganaron con solvencia al Mérida, una división inferior, y se medirán mañana en la capital autonómica al Plasencia en busca de la hegemonía del basket regional.

El público, que debe ser convencido ahora de la fiabilidad de lo puesto en marcha por un buen puñado de entusiastas --adinerados o no-- advirtió que el Cáceres tiene ganas de hacer algo bueno.

BUENA MEZCLA Dinámicos y ágiles, pero al mismo tiempo serios --el americano David Patten es el ejemplo --, al grupo de Fede Pozuelo no se le puede reprochar, de momento, nada. Si acaso, su excesiva tendencia a la precipitación, motivada precisamente por su afán de persuadir a una grada a la que está obligada a ganarse a pulso. Después del caviar de la ACB y el jamón --serrano-- de la LEB, la LEB Plata aparece como un bocado de difícil sabor, y eso lo saben los protagonistas, incluidos los que se sentaron en el palco.

El espíritu de Sidao impera en el Cáceres. El gigantón brasileño, se faja, pelea y termina riéndose en muchos lances, lo cual es indicativo de un pretendido espectáculo al que también se apuntará El Pollito Kelvin Peña, la nota exótica de un grupo que debe liderar con su virtuosismo. Con ellos, una variopinta aportación de hombres en los que, por encima de todos, se eleva un tal José María Panadero, baloncestista cacereño que, afortunadamente, puede terminar jubilándose ante los suyos, algo similar al caso de Juan Sanguino, otro jugador que vuelve con experiencia y oficio suficientes como para ser muy útil.

El partido, en fin, tuvo poca historia, con un Mérida muy combativo desde el inicio, con Ortega, García, Sada y Holm notables en la anotación. El encuentro contó con la expectación lógica --sobre mil aficionados--, entre los cuales reaparecieron los peñistas, muchos de ellos con atracones de caviar.